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El Ayuntamiento pone a la venta ocho de sus mercados por 3.000 millones

Antonio Jiménez Barca

El Ayuntamiento ha puesto precio a ocho mercados tradicionales a fin de que los compren los tenderos que actualmente los ocupan y los reformen como estimen oportuno. En total, estos ocho mercados cuestan 2.957 millones. Ahora mismo, los 48 mercados de barrio son propiedad del municipio, que arrienda el espacio a los distintos vendedores. Pero el concejal de Comercio, Jorge Barbadillo, del PP, "con el visto bueno del alcalde", ha ideado un sistema para animar estos centros ante la competencia feroz de las grandes superficies: que sean los mismos tenderos los que, en su propio beneficio, piensen, ejecuten y paguen las reformas necesarias para insuflar vida al lugar en el que trabajan, muchos de ellos moribundos.Barbadillo movió ficha a primeros de este mes: tendió a los sesenta tenderos del mercado de la plaza de la Remonta, en la calle de Bravo Murillo, en el distrito de Tetuán, una oferta de venta. El centro que ocupan vale, según el Ayuntamiento, 700 millones. "La tasación no la ha hecho el Ayuntamiento de Madrid, sino una sociedad independiente, Tasa Madrid, un departamento de Caja Madrid", explica el concejal de Comercio, que ahora espera la respuesta de los tenderos de la Remonta. "Supongo que en una semana me dirán sí o no, pero, por lo que sé, van a estar de acuerdo", sentencia Barbadillo.

De cualquier modo, el de la Remonta no es el acostumbrado mercado al uso, con sus puestos de fruta, sus pescaderías y su tienda para arreglar llaves y afilar cuchillos. Responde más al moderno término de centro comercial. Tiene tres plantas y alberga, además de tiendas de ropa, un pequeño supermercado. En el piso de arriba, se ubican oficinas.

El concejal de Comercio ha empezado por la Remonta porque considera que es el que más oportunidades tiene de salir adelante con el nuevo sistema privatizador. Si los comerciantes están de acuerdo, conformarán una sociedad anónima que se encargará de gestionar el centro. Si alguno de los comerciantes no está de acuerdo con la idea, podrá seguir en régimen de alquiler, pero pagando a la nueva sociedad. Si los comerciantes declinan la oferta, todo se quedará como hasta ahora.

El Ayuntamiento sostiene que va a ayudar a estos profesionales. "En primer lugar, estamos elaborando estudios de mercado para que los mismos comerciantes vean qué le falta y qué le sobra a su propio centro antes de que se hagan con él. Haremos de intermediarios para que el Instituto de Crédito Oficial (ICO) les preste dinero". El requisito necesario para que los mercados dejen de pertenecer al Ayuntamiento y pasen a manos privadas es simple, pero ineludible: "Actualmente, el suelo en el que se asientan los mercados está catalogado de 1 comercial público". "Se trata de que Gerencia de Urbanismo cambie esta denominación por la de comercial privado", apunta el concejal de Comercio.

Los mercados de la Remonta, en Tetuán, y San Pascual serán los primeros en venderse

Hay centros comerciales de barrio antiquísimos y casi vacíos, como el de Atocha, inaugurado hace 68 años. Y otros clausurados definitivamente, como el de la calle de Santamarta, en San Blas, propiedad de la Comunidad de Madrid: los dirigentes del PP lo tapiaron el año pasado para que los drogadictos de la zona no utilizaran sus dependencias abandonadas.En el mercado de la calle de Ibiza, en el distrito de Retiro, cuando se abrió, en 1954, había clientes suficientes en los alrededores como para dar negocio a los 100 tenderos. Ahora, la tercera planta se encuentra casi vacía: sólo resiste al pie del cañón una frutera.

El concejal de Comercio del Ayuntamiento está dispuesto a agrandar la lista de mercados privatizables hasta llegar a todos los de la capital. "Aunque se irá uno a uno", especifica Barbadillo.

Actualmente, cada tendero abona al Ayuntamiento, por el hecho de regentar un puesto en un mercado municipal, una cantidad que varía de las 15.000 a las 30.000 pesetas al mes, dependiendo de la extensión del comercio.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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