Amusátegui elogia al Gobierno y le reclama que impulse las reformas estructurales
José María Amusátegui, presidente del BCH, defendió ayer, tras elogiar abiertamente la política económica del Gobierno, la necesidad de profundizar en la corrección de los desequilibrios financieros y en impulsar las reformas estructurales. Amusátegui se basó en la consolidación de la economía, para la que pronosticó un crecimiento del 4% en 1998, y en "la reestructuración del gasto público, las sucesivas mejoras en el mercado laboral, la liberalización de sectores protegidos y la modificación de la fiscalidad". Al mismo tiempo, el presidente del BCH aventuró que "la banca española va a experimentar una verdadera revolución" por la implantación del euro y, por ello, va encaminada a un proceso de concentración y de alianzas.
En la junta de accionistas de ayer, Amusátegui siguió un guión muy parecido al de la junta del año anterior. Primero, repaso a la situación económica internacional; segundo, análisis (y alabanzas) a las actuaciones del Gobierno en política económica; y, por último, resultados y objetivos del banco. En los dos primeros pasos, prácticamente se repitió el argumento, si cabe con mayores elogios al Gobierno. En el tercero, subió un peldaño. El BCH está viviendo una etapa de euforia, cerrado un proceso de saneamiento y con una propuesta de una ampliación de capital (163.820 millones) que tiene por objetivo la entrada en otros bancos (en el exterior y en España) y participaciones industriales (Retevisión y la construtora FCC, primordialmente).Amusátegui destacó que "el Gobierno ha impulsado certeramente el desarrollo normalizado y estable de nuestra vida democrática, asegurando la continuidad de la legislatura de acuerdo con las exigencias de los intereses del Estado". También valoró "la actitud generosa y dialogante de los interlocutores sindicales y empresariales", que ha permitido alcanzar importantes acuerdos de carácter económico-social. Y remachó: "En el ámbito estrictamente económico, el éxito de la política gubernamental y la acertada actuación del Banco de España han conseguido reducir la inflación y ajustar el déficit" hasta cumplir los criterios de convergencia.
Señaló que la demanda interna será estimulada por nuevos descensos de tipos de interés, por el afianzamiento de las mejoras del mercado de trabajo y por la integración en el euro, "que actuará como catalizador de la inversión y el consumo". En esas condiciones, "es previsible que el crecimiento de la economía se acerque a tasas del 4% en 1998 y que la fase alcista de este ciclo se prolongue más tiempo que las anteriores".
Para Amusátegui, todo eso ofrece "una magnífica ocasión para profundizar en [la corrección] de los desequilibrios financieros [ ... ] y para impulsar las reformas estructurales necesarias que permitan avanzar en convergencia real". En ese sentido, se mostró partidario de "la necesaria reestructuración del gasto público, las sucesivas mejoras de los mercados laborales, la liberalización de algunos sectores todavía protegidos y las modificaciones de la fiscalidad que estimulen el ahorro y la inversión privadas".
En la banca, la implantación del euro va a suponer "una verdadera revolución", según Amusátegui. Para afrontar ese cambio, "las entidades financieras habrán de intensificar su proceso de internacionalización a través de alianzas estratégicas, nuestra mejor opción, diversificación en mercados emergentes y procesos de concentración", subrayó.
La estrategia del BCH, cerrado el periodo de guerras de precios al bajarse los tipos de interés, se asienta en tres directrices: impulsar el crecimiento de la banca doméstica, fortalecer los negocios intemacionales e industriales y reducir el peso de los costes de explotación y de las provisiones netas para potenciar los beneficios totales.
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