Pujol retira de inmediato su insinuación sobre la rentabilidad de la violencia de ETA
Jordi Pujol rectificó ayer a toda velocidad. El presidente de la Generalitat acudió por la mañana al Parlamento catalán para pedir disculpas públicamente por haber planteado la víspera: "¿A quién debemos dejar de matar para ser más simpáticos [los catalanes] que los vascos?". Pujol admitió que sus palabras no fueron "afortunadas" y comunicó que lo primero que hizo ayer fue llamar al lehendakari José Antonio Ardanza y al líder del PN-V, Xabier Arzalluz, para "pedirles disculpas, porque era mi obligación". Todas los partidos criticaron sus comentarios por ''injustos".
Pujol había lamentado el pasado martes el "profundo sentimiento anticatalán" de algunos sectores de la sociedad española y comparó en términos muy ásperos la distinta imagen proyectada por Cataluña y el País Vasco: "¿A quién debemos dejar de matar para ser más simpáticos que los vascos? ¿Cuántos atentados debemos dejar de cometer en Madrid o Sevilla? ¿A cuántos regímenes fiscales especiales debemos renunciar?'', se preguntó retóricamente durante un debate en la localidad de Sallent.El político catalán explicó ayer que lo que quiso decir era que Cataluña había "apostado siempre por la vía pacífica y dialogante para plantear sus reivindicaciones", que Cataluña hacía "la aportación más importante, con un billón de pesetas de déficit fiscal cada año, a la solidaridad interterritorial" y que contribuía sustancialmente a la estabilidad y el progreso de España. "Una vez dicho esto, uno se pregunta qué más tenemos que hacer para que estas actitudes demasiado generalizadas y a veces muy agresivas, hostiles, desaparezcan", agregó. Las declaraciones iniciales de Pujol provocaron indignación y estupor en las principales fuerzas políticas.
Insolidaridad
Los dirigentes del PNV las calificaron de "injustas- e insolidarías". El líder del PNV, Xabier Arzalluz, declaró a TV3, la cadena de televisión autonómica catalana: "Yo creo que al presidente Pujol le pasa, y se lo he dicho, que tiene en el subconsciente la idea de que el concierto económico y determinadas cuestiones que tiene el Estatuto vasco se tienen porque existe ETA. Él piensa que tiene razón y le ha salido un poco por ahí. Pero yo no se lo tengo en cuenta".Desde la perspectiva del consejero vasco de Interior, Juan' María Atutxa, el planteamiento que se hizo Pujol resulta "inconcebible" en "un gran político", además de constituir "un patinazo verdaderamente incomprensible, e inaceptable desde el sentimiento vasco, no partidista". El portavoz peneuvista en el Congreso, Iñaki Anasagasti, consideró "injustas" las palabras de Pujol "porque la violencia en el País Vasco es de una minoría que atenta, aparte de contra sus víctimas, contra el propio pueblo vasco, y se trata de una lacra de la que nos queremos librar".
El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, reprochó a Pujol sus comentarios, pero en vez de extenderse en críticas hacia él se situó en la línea de vaticinar la rectificación del presidente catalán. "Son declaraciones impropias de una persona tan moderada y ponderada como suele ser el señor Pujol". Y expresó la creencia de que éste se habría arrepentido tras leer sus palabras en los periódicos.
El secretario de política autonómica del PSOE, Ramón Jáuregui, destacó que las expresiones del líder de CIU traslucen una sensación "gravísima", como "si la violencia hubiera podido tener un trato político beneficioso",. La consejera vasca de Comercio y Turismo, Rosa Díez, que pugna con Nicolás Redondo en las primarias socialistas de candidato a lehendakari, criticó tanto las declaraciones de Pujol como que éste pidiera disculpas por ellas al líder del PNV. Subrayó que quienes matan no son los vascos sino los terroristas, "sean de donde sean", y que las palabras de Pujol son una ofensa para todos los vascos, no sólo para el PNV.
En Cataluña, la reacción no fue menos crítica con Pujol, exceptuado el caso de Unió Democrática de Catalunya, socia de CIU. El socialista Joaquim Nadal afirmó que el anticatalanismo "se retroalimenta desde el pujolismo" y recordó que el propio presidente de la Generalitat se molestaba cuando en el Parlamento autonómico se hacían comparaciones entre Cataluña y el País Vasco. Rafael Ribó, líder de Iniciativa per Catalunya, declaró que Pujol estaba "trastornado", y el independentista Josep Lluis Carod-Rovira comentó que "ha caído de cuatro patas" en "los argumentos del nacionalismo español más rancio". Sólo Josep Antoni Duran Lleida, líder de Unió, estuvo comprensivo con su socio: "Entiendo, porque la suscribo, que el presidente defienda la tesis de que Cataluña es el saco que recibe todos los golpes".
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