A la cárcel por una falsa esquela
Un independentista del Rosellón pasa cuatro días en prisión por 'matar' a un prefecto de los Pirineos orientales
Cuando el profesor de catalán en la Universidad de Perpiñán Pasqual Tirach tuvo la ocurrencia de celebrar la llegada del carnaval insertando una falsa esquela en los periódicos L'Independent y el MidiLibre a costa del antiguo prefecto de los Pirineos orientales Bernard Bonnet, nunca imaginó que esta "travesura" podría acarrearle una estancia de cuatro días en la cárcel, una multa simbólica de 1.001 francos y la severa reprimenda de sectores políticos y periodísticos.Bonnet encarnaba la bestia negra de los sectores catalanistas del sur francés, entre los que se incluye Tirach. En el memorial de agravios de los catalanistas contra el actual prefecto de Córcega se incluyen sus reiteradas acciones para impedir el progreso de la lengua catalana en el Rosellón. Dos semanas después del traslado de Bonnet a Córcega, el profesor envió a los rotativos un texto en catalán que rezaba así: "Tenemos el placer de comunicar a la comunidad catalana que Bernard Bonnet, intendente general, no ha dejado por otros horizontes Esperemos que en ellos encontrará el descanso eterno. En si memoria, guardaremos la fuerza de nuestra, unión", rezaba la esquela.
"Nunca pensé que la esquela colara. El nombre de Bonnet es de sobra conocido, y nunca he visto que se comunique una defunción con alegría", afirmaba ayer Tirach en un céntrico café de Perpiñán, a las 24 horas de abandonar la cárcel, después de haber sido juzgado y condenado por un delito de estafa. El fiscal, que consideró que la broma constituía "un peligro para el orden público o la seguridad del Estado", pedía también que fuera condenado por los delitos de "violencia sin daños físicos con premeditación" y de falsedad documental, ya que utilizó el nombre de la institución del Consejo General de los Pirineos Orientales como remitente de la necrológica.
El ministerio público entendía como un acto de violencia indiscutible desear el "descanso eterno" a Bonnet, sustituto del prefecto de Córcega Claude Erignac, asesinado en un atentado terrorista pocas semanas antes. Cuando el domingo 1 de marzo la esquela apareció en los dos rotativos, Tirach pasó de la sorpresa al entusiasmo. "Les había colado un gol y yo mismo llamé a otros periódicos para que mi ocurrencia no pasara inadvertida", explica. Lejos de caer en saco roto, la travesura de Tirach creció como una bola de nieve y acabó arrastrándole en sus consecuencias. Temeroso de la magnitud que estaba alcanzado su acción, a los dos días envió una carta anónima a L'Independent disculpándose y explicando que no pretendía ofender ni amenazar a nadie. Ya era tarde. El jueves, cuando llegó a su casa al salir de la universidad, la policía le estaba esperando.
Mientras aguardaba juicio en la cárcel, fijado para el pasado lunes, un millar de personas pertenecientes mayoritariamente a colectivos catalanistas se manifestaron silenciosamente por el centro de Perpiñán. "Reconozco que se trataba de una broma de mal gusto, que incluso ha desagradado a gente que me ha apoyado, pero por lo menos ha servido para desenmascarar la violencia que el Estado ha ejercido contra mí", explica Tirach. Esta represión es, en su opinión, extensible a cualquier acto de defensa del catalán en territorio francés. "No hay ley alguna que proteja a las lenguas minoritarias. Además del mapa de relieve del territorio francés, en las aulas debería colgarse también un mapa de las lenguas", afirma.
Tirach debe extender dos cheques de medio franco cada uno a L'Independent y a Midi-Libre, tal y como dictamina la sentencia, a pesar de que el fiscal pedía que esta indemnización simbólica fuera de un franco por periódico. El juez ha entendido que la responsabilidad de que las esquelas se publicaran debe compartirla con los dos diarios.
El profesor de catalán en la Universidad de Perpiñán está agradecido con los apoyos recibidos en su estancia en la cárcel. Tirach y los colectivos de defensa del catalán en Francia piensan que la repercusión mediática de este caso servirá para que se tome conciencia de la necesidad de proteger el catalán ante lo que considera declarada hostilidad hacia esa lengua por parte del Gobierno francés. "Temo que la próxima esquela sea para anunciar la muerte del catalán en estas tierras", vaticina.
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