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Los conservadores acusan a Blair de ceder ante el IRA por liberar a la hija de Devlin

La liberación de la hija de Bernardette DevIin, la gran rebelde del Ulster y otrora sinónimo del movimiento nacionalista norirlandés, desencadenó ayer duras críticas de la oposición conservadora del Reino Unido, que acusó al Gobierno laborista de Tony Blair de hacer concesiones al IRA, el proscrito Ejército Republicano Irlandés. Las protestas surgieron inmediatamente después de que Londres, en un acto que ha generado sorpresa, decidiera el lunes poner en libertad a Roisin McAliskey, hija de la famosa ex parlamentaria nacionalista del Ulster. La extradición de McAliskey había sido solicitada por Alemania en conexión con un atentado del IRA contra una base militar británica en Osnabrück en junio de 1996.Londres dispuso su liberación alegando razones de salud. La mujer, de 26 años y que estaba embarazada en el momento de su detención en noviembre de 1996, dio a luz a una niña bajo custodia policial en un hospital de Londres, en mayo de 1997. Jack Straw, el ministro británico de Interior, justificó su liberación citando el "lamentable estado mental" de McAliskey y dijo que mantenerla en la cárcel seria "injusto y opresivo".

Los unionistas protestantes respondieron con andanadas de acusaciones contra el Gobierno británico. "Estoy asqueado pero no sorprendido", declaró el reverendo lan Paisley, uno de los más ardientes críticos de lo que muchos unionistas definen como "la debilidad de Londres frente al terrorismo". Sir Brian Mawhinney, el responsable del departamento para asuntos de Irlanda del Norte, sugirió que los tories podrían "abandonar la postura común" que conservadores y laboristas mantienen con respecto al conflicto en el Ulster.

La libertad de McAliskey era una de las exigencias presentadas por el Sinn Fein, el frente político del IRA, al Gobierno británico. La negativa a la solicitud alemana y el retorno de McAliskey a su casa en Irlanda del Norte son interpretados como gestos de buena voluntad británica en vísperas de la reunión que Tony Blair y Gerry Adams, el líder del Sinn Fein, tienen programada para mañana en Londres. Esa cita es crucial para reanudar el diálogo de paz suspendido hace dos semanas.

Pero el optimismo de los Gobiernos de Londres y Dublín sobre el futuro del proceso de paz tropezó una vez más con las violentas realidades del Ulster. Guerrilleros republicanos disidentes del IRA abrieron ayer de madrugada fuego de mortero contra una estación de policía al sureste de Belfast. No hubo heridos, pero el ataque ilustró la volatilidad de la situación en el Ulster.

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