La nueva confesión
"Un mentiroso, dice que miente: ¿miente o dice la verdad?" Eubolides, Mileto, siglo IV A CMario Conde ofreció una versión completamente falsa de la operación de 300 millones ante el juez Garcia-Castellón el 19 de diciembre de 1994. Negó todos los extremos que ayer admitió.
Rivas, según su primera versión, se había inventado la historia. El juez, al comenzar el segundo careo, el jueves 22 de diciembre, dijo: "¿Se dan ustedes cuenta que se juegan hasta 12 años de prisión con este asunto?" Martín Rivas se ratificó, Conde también.
El juez, según manda la ley, se pronunció: "A mi criterio, las manifestaciones del señor Martín Rivas transmiten una mayor fuerza y credibilidad". Tres años después, Conde le dio la razón.
Banesto concedió dos créditos al Centro Democrático y Social (CDS) en 1989. La primera póliza se hizo el 25 de abril de 1989. Motivo: allegar fondos a la campaña del parlamento europeo de junio de dicho año. Fueron 150 millones de pesetas. Se dispuso de 183 millones. La segunda póliza se firmó el 13 de octubre de 1989 por 100 millones, para las elecciones generales de 1989. Ninguno se pagó.
Suárez declaró en su día, ante el juez, que recibió a título personal un crédito de Banesto por 250 millones con la garantía de su casa de la provincia de Avila. Se dispusieron 300 millones. Banesto recibió como pago del préstamo la casa, aún en venta.
Ayer, Conde deslizó que Antonio Navalón le dijo que también había que arrendar las oficinas de Suárez en la calle de Antonio Maura. La Fundación Banesto, en efectó, las alquiló.
Si la primera versión era falsa, como ha reconocido Conde, ¿la nueva es la real? El tribunal tendrá que apreciar las pruebas. Pero ayer Conde falseó la realidad en varios puntos. Dijo que no fue él quien ordenó retirar el dinero sino Rivas. En el caso Argentia, Conde afirmó que pagó los 600 millones porque se lo dijo Navalón. Ayer declaró no saber cómo se hizo el pago y cómo se contabilizó. Pero Juan Belloso declaró ante el juez, el 31 de mayo, de 1995, que habló del tema con Conde.
Tras el caso Filesa, Conde parece decir: "He aquí mi Filesa particular". El ex banquero quiere dos cosas. Primero, la prescripción. ¿Cómo? Dice que la operación consistió en un solo pago y no en dos. Esto parece una minucia. No lo es.
Dos es un delito continuado y prescribe más tarde. Uno quizá haya prescrito. Y, en segundo término, prefiere la administración desleal. Así podría decir que todos los otros delitos (cinco estafas, dos apropiaciones y una falsedad) son más de lo mismo. Esto es: cosa juzgada.
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