Un caso de manual
La querella de AVA contra Socimer narra la estafa a 6.000 inversores
El juez Manuel García-Castellón definirá en las próximas horas la situación de las denuncias de particulares y la querella criminal de la agencia de valores AVA contra Rafael Salama, Salomón Benatar, y los administradores de Socimer International Bank Ltd., Transáfrica y la entidad suiza André & Cie.
Un informe realizado por la Fiscalía de la Audiencia Nacional propone rechazar la querella de la agencia AVA contra sus ex aliados de Socimer en la operación por la que han desaparecido 15.000 millones por entender que ambas entidades iban juntas.
Los fiscales -será la Fiscalía Anticorrupción quien lleve el asunto- creen, pues, que se pueden iniciar las diligencias de investigación, pero metiendo a todos los intervinientes en la bolsa de los querellados.
Los datos indiciarios permitirían afirmar que el esquema financiero montado sería el de una presunta y gigantesca apropiación indebida. Socimer prestaba a AVA diversos servicios, entre ellos el de dar financiación para adquirir valores y otros productos financieros hasta un 50%. Para asegurar que esos préstamos le serían devueltos, Socimer custodiaba los valores y tenía un derecho de retención sobre ellos.
Según afirma la querella, a principios de diciembre de 1997 AVA pidió que se le desglosara la cuenta de valores de clientes depositados en Socimer. Allí se descubrió el pastel. "Los valores -dice la querella- que Socimer decía haber adquirido para los clientes de la agencia [AVA] con la financiación del 50% se encontraban gravados a su vez por Socimer hasta un importe superior, aproximadamente de un 90%".
A favor de terceros
Socimer, según esta versión, decía que los valores adquiridos eran propiedad de los clientes de AVA, y que un 50% de ellos estaban garantizando los préstamos otorgados para su adquisición. "En realidad -dice la querella- aparecían como de titularidad de Socimer, y estaban gravados en favor de terceros con una prenda que alcanzaba hasta el 90% de su valor".El dinero de los ahorradores era entregado por AVA al banco Socimer. Pero este dinero no era invertido en aquello pactado. Para adquirir los valores que Socimer se había comprometido con AVA, el banco solicitó créditos. Con ellos adquirió valores y otros productos. Las entidades, terceros, que dieron los créditos recibieron como garantía esos valores.
La querella presenta a AVA como-víctima. "Ha ido entregado -dice- a Socimer determinadas cantidades por un montante total de 13.000 millones para que éste comprase valores a nombre de los clientes de AVA sin otra carga que la derivada de la financiación del 50% que Socimer debía prestar, encontrándose con que los valores en cuestión aparecen pignorados por Socimer a favor de terceros hasta el 90% de su valor, y la grave posibilidad de que una parte importante de aquel dinero haya sido desviado por Socimer, sus administradores y accionistas. hacia usos desconocidos". Entre los terceros están Credit Commercial de France (CCF) y Standard London Bank. Quizá no tan desconocidos. La ruta del dinero: Madrid, Bahamas, Buenos Aires. Allí Socimer compró paralelamente a la operación desplume en España, el banco UB-Medefin, con problemas de capital.
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