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La cena del fin de siglo

1.200 invitados celebran el 75º aniversario de la revista 'Time'

Pónganse en una coctelera los oscars, los grammy, una recepción en la Casa Blanca, varias galas benéficas y una cumbre de la ONU. Esta madre de todas las fiestas se hizo realidad durante unas horas, el martes por la noche, en el Radio City Music Hall de Nueva York. La excusa era la celebración del 75º aniversario del semanario Time, y la impresionante lista de invitados que se convocó pasará a la historia como un acontecimiento irrepetible. Hubo coincidencias insólitas: el presidente Bill Clinton cenó a pocas mesas de distancia de William Ginsburg, el abogado de Monica Lewinsky. El decoro y los restantes 1.200 invitados impidieron el téte-á-téte.Además, ¿en qué otra ocasión podrían haberse saludado la nívea actriz Winona Ryder y el armario humano Evander Holyfield? ¿De qué hablarían en la mesa Imelda Marcos y el doctor Jack eutanasias Kevorkian? ¿Pediría explicaciones Steven Spielberg a la cineasta del nazismo Leni Riefenstahl? ¿Lo de poner a la premio Nobel de Literatura Toni Morrison junto al cómico judío Mel Brooks era guasa? También se hizo historia de la aliteración fonética con la presencia simultánea en un espacio cerrado de Sofía Loren, Ralph Lauren, Lauren Bacall y Lawrence Tisch. La condición primordial para tener asiento en la gala era ser o haber sido alguien en los últimos 75 años. Cenaron cordero, gambas y trufas sobre una plataforma instalada en el enorme patio de butacas, y recordaron su lugar en el siglo que acaba y en las páginas de Time. Haber aparecido en la portada era mérito suficiente en algunos casos, como el del investigador sobre el sida David Ho o el líder de la Nación del Islam Louis Farrakhan, pero no en otros, como en el de la Lewinsky, cuya ausencia quedó anotada pese a no sorprender a nadie. Bill Gates acudió recién llegado de Washington. Muhammad Alí estuvo presente y escuchó un homenaje leído por Tom Cruise. Kevin Costner, también leyendo una elegía preparada, hizo lo propio con Joe DiMaggio, que quedó emocionado. Sharon Stone, en su brindis a la feminista Betty Friedan, contó este chiste: alguien entra en una tienda de cerebros y ve que un cerebro de hombre cuesta 100.000 dólares y uno de mujer 25.000. Pregunta por qué y le explican que el de la mujer está usado.

En su discurso, el presidente de EE UU reconoció a Time su mérito como responsable en parte de que el siglo XX haya sido el siglo americano. Mijaíl Gorbachov (ex presidente de la URSS), Heriry Kissinger (ex secretario de Estado), Robert McNamara (ex secretario de Defensa) se las vieron con el periodista John F. Kennedy Jr., el escritor Norman Mailer y el mago David Copperfield, que acudió con Claudia Schiffer. Aún hay más: Raquel Welch, Tom Hanks, John Glenn, Bárbara Walters, Kofi Annan, Mira Sorvino, Donald Trump. Y Jodie Foster. Y Lee lacoeca. Y Edward James Olmos. Entre los que declinaron amablemente la invitación, la reina Isabel de Inglaterra y el papa Juan Pablo II.

Como su 75º aniversario indica, Time nació en 1923. Sus creadores, los estudiantes de la Universidad de Yale Henry Luce y Britton Haden, declararon en su bautismo que querían hacer "una crónica breve y legible de acontecimientos significativos". Hoy día, Time es parte del conglomerado Time Warner y dice tener 31 millones de lectores en 210 países.

En un editorial del último ejemplar, que es un especial conmemorativo donde se repasan las noticias cubiertas desde su número 1, se puede leer que Time siempre ha apostado más por la organización de la información para su rápido y fácil acceso que por la información en sí. "Time es una versión pionera de un navegador de la Web", dicen. Pero esta autodefinición tan moderna es más un deseo que una realidad. Su veteranía hace de Time un punto de referencia, pero no exento de críticas. Se le reprocha que arrastra un gran peso y no sintoniza con el ritmo más despierto de sus principales rivales: Newsweek y U S. News & World Report. Carece del glamour de Vanity Fair y de la sofisticación de The New Yorker.

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