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Tres menores punkis detenidos por apuñalar y apalear a dos jóvenes en la plaza de Barceló

Jan Martínez Ahrens

Menores, punkis y cegados por la vorágine de la guerra entre tribus urbanas. Así son, según la policía, A. M. O., alias Chucho, de 15 años; J. C. C. L., El Vueltas, de 14, y M. G. R., de 16. Estos tres menores han sido detenidos por la salvaje agresión sufrida el viernes 20 de febrero por dos jóvenes en la concurrida plaza de Barceló (Centro). Un ataque con navajas y cadenas, que acabó con una de las víctimas apuñalada por la espalda y en el hospital. Para sorpresa de la policía, un detenido, El Chucho, ha declarado que esta agresión fue una respuesta a otra cometida por un grupo neonazi al que pertenecían las víctimas. Estas han negado su adscripción a tribu urbana alguna.

La plaza de Barceló, un concurrido punto de encuentro de jóvenes durante los fines de semana, se convirtió el viernes 20 de febrero en escenario de un nuevo episodio de la violencia juvenil. A las nueve de la noche de aquel día, tres punkis, con crestas teñidas, buscaron en los aledaños de la plaza una pieza para su jauría. La encontraron en la cercana calle de la Beneficencia. Eran dos jóvenes cuyo único delito, según los primeros testimonios, fue cruzar las miradas con los punkis.Tras una corta persecución, las víctimas fueron alcanzadas en la calle de Barceló. Ante la presencia de decenas de jóvenes, los dos muchachos recibieron una lluvia de puñetazos y cadenazos. No acabó ahí la paliza.

Un punki que iba con la cabeza parcialmente tapada por un pañuelo palestino sacó su navaja y se la clavó en la espalda a una de las víctimas. Luego, los agresores huyeron a la carrera en dirección a la plaza del Dos de Mayo.

El apuñalado, en estado grave, tuvo que ser ingresado en el hospital Clínico. Allí fue entrevistado por los agentes del Grupo de Delincuencia Urbana de la comisaría de Centro, dirigida por José Manuel Sánchez.

La víctima declaró que conocía al joven que le había apuñalado: era El Chucho. Ambos, agresor y víctima, se conocían del Parque de las Avenidas, un barrio que frecuentaban.

Cresta afeitada

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Con estos datos, El Chucho fue identificado. La policía le citó a declarar, acompañado de su padre, en la comisaría de Centro. El muchacho, siempre según el relato policial, acudió con la cresta afeitada.Ante las preguntas de los agentes, reconoció haber participado en la pelea y llevar en el momento de la misma la cara tapada con un pañuelo palestino.

El Chucho, sin embargo, añadió que las víctimas no habían sido elegidas al azar, sino que militaban en un grupo neonazi, radicado en Las Ventas, que le había atacado un mes y medio antes. Los agredidos niegan pertenecer a tribu urbana alguna.

Las posteriores investigaciones de los agentes de Centro permitieron identificar a los otros dos sospechosos. No tuvieron que buscar muy lejos.

En la misma plaza de Barceló fue detenido J.C. C. L., quien guardaba en un bolsillo dos cadenas, una de ellas con un candado en un extremo y un mosquetón en otro.

En su declaración ante la policía, admitió haber utilizado una de estas cadenas para golpear a las víctimas. El último en ser detenido fue M. A. G. R., quien manifestó que sólo había propinado un puñetazo a uno de los agredidos.

Navaja recuperada

El último cabo de la investigación fue la recuperación de la navaja supuestamente empleada en el ataque. En su huida a la plaza del Dos Mayo, El Chucho había arrojado el arma en una alcantarilla.Tras inspeccionar varias, el Grupo de Subsuelo del Cuerpo Nacional de Policía halló una del mismo tipo -en mariposa y con hoja en forma de estilete- en la alcantarilla de la confluencia de la calle del Dos de Mayo con la citada plaza.

Las diligencias abiertas por la policía se han remitido a los juzgados de la plaza de Castilla.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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