El Partido del Congreso aspira a renovarse en la oposición
En la sede del Congreso se celebraba el resultado de ayer como una victoria de proporciones épicas. No todos los días se puede celebrar la propia resurreción. El Congreso que a finales de diciembre Sonia Gandhi se comprometió a ayudar era un partido moribundo, al que se le auguraban menos de cien escaños. La rutilante campaña de la viuda de la nación, que no disputaba ningún escaño, ha sido definitiva para ponerle en pie de guerra, pero no suficiente para evitar contratiempos. Uno de los más significativos es que no sirvió para nada el mitin de Sonia en Amethi, una circunscripción próxima a Lucknow, la capital del Estado norteño de Uttar Pradesh. El de Amethi venía a ser un escaño de la familia, que en el pasado representaron Nehru, una hermana suya, Sanjay Gandhi y Rajiv. Ahora está en manos del Bharatiya Janata Party (BJP).
Los elementos más renovadores del Congreso hacen notar que el partido aún debe analizar por qué no ha atraído más votos y frente a quienes reclaman el derecho a formar Gobierno hay quienes abogan por dejar que el BJP se encargue del Ejecutivo y se ahorque con su propia cuerda mientras el Congreso se depura en la oposición y prepare las próximas elecciones en mejor forma.
El BJP tenía también motivos para hacer autoexamen. En el Estado de Maharastra, cuya capital es Bombay y donde gobierna de la mano del xenófobo y anti musulmán Siv Shena, ha sido barrida su representación.
Otra que también ha pagado un alto precio ha sido Phoolan Devi, la reina de los bandidos de universal fama, que buscaba la reelección del escaño conseguido en 1996. Lo ha perdido dice que por un pucherazo. Pero también puede ser porque, como todo buen político indio, ha aprovechado el escaño más como un intrumento para beneficio personal que para resolver los problemas de quienes la votaron.
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