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La capital abrirá 3.000 plazas de metadona con el presupuesto de 750

Los 250 millones de pesetas previstos para abrir este año 750 nuevas plazas de metadona para toxicómanos en Madrid servirán para habilitar 3.000, según el director de Servicios Sociales del Ayuntamiento, José Luis Izquierdo. Dos mil de esas 3.000 plazas se habilitarán en las cinco furgonetas que antes del verano dispensarán este sustitutivo a los toxicómanos más desarraigados en poblados marginales como La Celsa o La Rosilla.

Éste es uno de los contenidos del nuevo convenio previsto entre el Ayuntamiento, la Comunidad y Cruz Roja para ampliar el programa de metadona. El anterior, vigente en 1997 y con un coste de 100 millones, supuso la creación de 750 plazas. Ahora hay en la región 3.000 plazas.

Pero ¿cómo una cantidad presupuestada para 750 plazas de metadona va a estirarse hasta las 3.000? Izquierdo explica que esa misma pregunta se la hace Cruz Roja, que no aporta dinero al convenio pero sí personal. "Tendrán que arreglarse, porque el objetivo es llegar hasta las 3.750 nuevas plazas en la capital para finales de año", añade Izquierdo.

En septiembre de 1997 el Ayuntamiento y la Comunidad prometieron crear 1.750 nuevas plazas de metadona en Madrid para finales de 1998. Calculaban que había que abrir 11 puntos de dispensación con unas 150 plazas cada uno. Cada puesto costaría unos veinte millones de pesetas, no por el precio de la metadona (64.000 pesetas el kilo), sino por la necesidad de contar con un médico, un psicólogo, un trabajador social y un enfermero para el seguimiento de los casos.

Unidades móviles

Ahora el compromiso se ha ampliado en 2.000 plazas por encima de las previstas (hasta las 3.750), justo las que se podrán atender desde las cinco unidades móviles, que, por primera vez, recetarán metadona en plena calle a los heroinómanos más marginados. El equipo de las furgonetas es menos costoso, ya que, al ir dirigidas a toxicómanos reacios a acudir a terapias, sólo están tripuladas por un médico, un auxiliar de clínica y un conductor.El primer objetivo de los dispensarios móviles es que los drogodependientes más alejados de los centros de atención consuman metadona en lugar de heroína, sometiéndose así a un control médico y evitando los contagios derivados de compartir jeringuillas. El segundo paso sería lograr que acudan a los equipos sociosanitarios.

El director de la Agencia Antidroga, José Cabrera, explicó ayer que, en los casos más difíciles, "la dispensa de metadona es para toda la vida, y en los demás los toxicómanos acceden a un programa libre de drogas". Aseguró también que cada año fallecen en Madrid 150 personas por consumo de drogas y que, cada día, entre 2.500 y 3.000 toxicómanos "y no 25.000 como dicen" van a los poblados marginales a por su dosis. Estimó que al año se mueven en la región unos cien kilos de heroína.

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