El sondeo político del CIS abre la brecha electoral del PP sobre el PSOE

En el teórico epicentro de la primera legislatura del Gobierno Aznar, el PP afirma que por fin "abre brecha electoral" sobre el PSOE, su principal competidor en las urnas. Los datos del último barómetro político del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), presentados ayer por el Gobierno y recogidos a finales de enero, muestran que, sobre la encuesta anterior, aumenta la ventaja del PP sobre el PSOE en estimación de voto (4,1 puntos sobre 3,2 en octubre). A esta fórmula llegan los expertos tras cocinar otros indicadores más objetivos, como la intención directa de voto (1,9 puntos de diferencia sobre 1,6). Aznar, que gana en confianza, en valoración y en gestión, observa cómo Felipe González se mantiene como el líder más estimado.

La estrategia de la lluvia fina, que en su día acuñó el propio José María Aznar para definir el calado de su política en la opinión pública, comienza a dar algunos resultados con perspectivas electorales al Gobierno del PP.El secretario de Estado para Relaciones con las Cortes, José María Michavila, encargado de comunicar públicamente todas las encuestas del CIS, ofreció ayer con los datos del barómetro de enero una nueva explicación para este modelo de política: "El crecimiento puede parecer lento pero desde luego es paulatino, progresivo, sostenido, bien fundado y, por tanto, de largo recorrido".

Michavila acudió a su habitual comparecencia posterior al registro parlamentario de los sondeos del CIS pertrechado de un cuadro gráfico con la línea ascendente seguida por el PP de octubre de 1996 a enero de 1998. El recorrido es muy espectacular y favorecedor para el PP. Hace 16 meses, el PSOE aventajaba al PP en 3,6 puntos en estimación de voto, y ahora el panorama ha dado un vuelco. Los populares superaban en enero a los socialistas en ese apartado en 4,1 puntos.

José María Michavila apuró al máximo los aspectos positivos del sondeo para el Gobierno y remarcó que tanto la situación política actual como la económica es la mejor de los últimos 13 años, es decir, desde que se hacen estos barómetros políticos. Este portavoz gubernamental concluyó, por tanto, "que se amplía la brecha electoral entre PP y PSOE porque "los españoles saben distinguir entre los datos de la realidad y la ficción". La realidad, según esa versión, sería el control de la inflación, del déficit y del gasto público y la creación de empleo. "La ficción son los enredos y las telarañas del pasado que no ocupan para nada ni al Gobierno ni a los españoles", refrendó Michavila.

El reverso de esta reluciente moneda, sin embargo, tampoco está exactamente en el PSOE. O por lo menos no de la manera gruesa que se intenta exponer desde el Gobierno.

El PSOE ve estabilidad

Los expertos demoscópicos del PSOE extraían ayer dos conclusiones positivas: en muchos apartados los socialistas mantienen una teórica "estabilidad" o "relativo empate técnico" con el PP, y en otros, sobre todo en los relacionados con Joaquín Almunia, su aún escaso nivel de conocimiento entre la opinión pública le permite soñar con un campo abierto de posibilidades.Y es que hay datos de este sondeo del CIS que el Gobierno, naturalmente, no enfatizó. Por ejemplo, el de la intención directa de voto (donde ambas formaciones pierden fuerza con respecto a octubre) y el de voto más simpatía (donde la distancia entre ambos partidos es ahora sólo de un punto).

Michavila, por subrayar un dato, comentó que la valoración positiva de la gestión del Gobierno duplica ahora a los que la hacen negativa. En el PSOE insisten, para contrarreplicar, que en octubre sólo el 13,8% de los consultados calificaban la labor de la oposición como buena o muy buena y ahora son el 18,3% y que el 33,2% que entonces la tachaban de mala o muy mala son ahora sólo el 24,3%.