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Los sabotajes durante la huelga del metro obligan a retirar 49 trenes

Cuarenta y nueve unidades del metro quedaron ayer inutilizadas por la acción "salvaje y brutal" de un grupo de incontrolados, en palabras del responsable de recursos humanos de esa compañía, Jesús Valverde. Los incidentes más violentos tuvieron lugar a primera hora de la mañana y elevaron la tensión de un conflicto que se prolonga desde el pasado diciembre con paros intermitentes que hasta ahora apenas habían repercutido en el servicio a los viajeros. La jornada de ayer se saldó, en cambio, con una cascada de quejas ante la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) por la contundencia de la actuación de los piquetes en las líneas 4 y 6.

Responsables de la compañía cifraron en "unos treinta" los trabajadores del Metro que protagonizaron los "actos vandálicos y sabotajes" a los trenes. "Señores encapuchados con tirachinas lanzaron objetos metálicos contra las cabinas de los conductores, poniendo en peligro la seguridad de los viajeros. Eso no es una huelga. Eso es hacer el salvaje y la brutalidad por la brutalidad",relata Jesús Valverde. El conflicto, convocado por cinco de los seis sindicatos del comité de empresa en demanda de un nuevo convenio, se enconó el pasado 22 de enero, cuando la policía impidió que los empleados trasladaran sus peticiones al presidente de la Comunidad, Alberto Ruiz-Gallardón, mientras éste inauguraba con José María Aznar la unión de las líneas 8 y 10 en la nueva estación de Gregorio Marañón. Tanto el comité de huelga como Metro se acusan mutuamente de no tener voluntad negociadora.

PASA A LA PÁGINA 6

Los piquetes retuvieron a los pasajeros dentro de los vagones y les increparon con insultos

VIENE DE LA PÁGINA 1El comité de huelga llevaba desde enero anunciando la posibilidad de actuaciones incontroladas. Sin embargo, el Sindicato de Conductores, único que no secunda los paros parciales, atribuyó ayer en un comunicado "el lanzamiento de objetos contundentes contra las cabinas de los trenes, con la consecuente rotura de lunas frontales y el evidente peligro para el conductor", a que los piquetes pretenden "imponer la huelga con la violencia frente a la falta de seguimiento masivo por parte de los 5.500 trabajadores".

Según relató a EL PAÍS una joven que viajaba a las ocho de la mañana en la línea 4, un grupo de 30 empleados se repartió en los vagones, reteniéndoles en ellos, e increparon con insultos a los pasajeros, que les reprocharon su actitud. "En mi vagón entraron unos 10 empleados del metro empujando porque estaba repleto. Nos han largado un mitin barato sobre la huelga y, cuando algunos pasajeros les han contestado, gritaron insultos de todo tipo. En varias estaciones no dejaron abrir las puertas para que la gente se bajara. Además, le gritaban al conductor para que dejase el tren parado en el túnel, entre dos estaciones. Yo he tardado más de una hora desde Avenida de la Paz a Argüelles. Ha sido superagobiante; había varios niños llorando, y una señora se ha mareado y no han dejado que se bajara", explica esa viajera.

A última hora de la tarde, CC OO rechazó que los piquetes hubieran usado tirachinas contra los conductores, así como que los sabotajes sean por el bajo seguimiento de la huelga: "La ha. secundado el 90% de los que podían", dijo un portavoz, en referencia a los "abusivos servicios mínimos".

Según Javier Pérez, portavoz de ese sindicato, la situación puede complicarse aún más en los paros convocados para hoy (de 7.00 a 9.00 y de 18.00 a 20.00) y los próximos 2, 4, 5, 10 y 12 de marzo. "Nosotros llevábamos varios días desaconsejando este trasporte porque lo que está pasando abajo, en el túnel, es muy grave: la. empresa no informa de la huelga y el usuario se vuelve contra nosotros. Se va a complicar aún más porque Jesús Valverde está amedrentando a los trabajadores con despidos. Se está saltando la Constitución y no respeta el derecho de huelga. El preacuerdo que cerró con el Sindicato de Conductores el pasado lunes ha subido el tono del cabreo porque intenta imponer un convenio con un sindicato minoritario" , afirma Javier Pérez.

Ante la posibilidad de nuevos incidentes, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) pidió ayer al delegado del Gobierno y a la dirección de Metro que "tomen las medidas oporturias". La OCU calificó de "injustificable" la actuación de los piquetes informativos, y añadió que éstos han impedido el ejercicio del derecho al trabajo de muchos de los viajeros. Asimismo, la organización reiteró que en una huelga de transporte público, del que dependen muchos ciudadanos, es fundamental "limitar al maximo sus consecuencias negativas, y en ésta se han elegido los horarios que pueden producir mayores daños".

Por su parte, Jaime Lissavetzky, portavoz socialista en la Asamblea, achacó la situación creada a "la incapacidad de negociar de los actuales responsables del PP", y Francisco Frutos, diputado de IU, anunció que pedirá explicaciones sobre las presiones a los trabajadores en el Congreso.

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