Detenido en Bogotá el 'zar de las esmeraldas', un jefe de los paramilitares
En una finca a las afueras de Bogotá fue detenido en la medianoche del martes Víctor Carranza, el zar de las esmeraldas. Aunque desde hace años se hablaba de él como uno de los más duros jefes paramilitares, sólo en diciembre pasado un juez sin rostro de Barranquilla dictó en su contra orden de captura. Ahora, este hombre de 63 años, con aspecto de campesino astuto y malicioso, deberá responder ante la justicia por fundar, promover y organizar estos ejércitos privados que están sembrando el terror a lo largo y ancho del país.
A Carranza se le empezó a complicar la vida cuando un misterioso personaje se presentó en la fiscalía y pidió protección a cambio de información sobre los nexos de Carranza y el paramilitarismo. El juez se dedicó entonces a desempolvar el prontuario del zar de las esmeraldas.
Carranza es tal vez uno de los hombres más ricos de Colombia. Hizo su fortuna en la zona de Muzo, provincia de Boyacán, donde se dan las esmeraldas más bellas del mundo. Empezó como minero raso a los 10 años y hoy es dueño de dos de las cuatro empresas esmeraldíferas del país y accionista de una tercera. A finales de los ochenta empezó a comprar tierras en la provincia del Meta, al oriente del país, y desde entonces se habló de grupos de matones que cuidaban sus predios.
Cadáveres en su finca
En 1990 se encontró una fosa común con más de 50 cadáveres en La 60, una de sus fincas. Sólo, duró en prisión 24 horas. No es el único caso en que ha logrado eludir a la justicia. Se dice que es un mago para desaparecer o evaporar los procesos que se han iniciado contra él.Carranza es parte de la galería de personajes que han creado a su alrededor toda una leyenda. Para unos es el magnate que hace las veces de padre y protector de otros esmeralderos menos afortunados. Otros dan por seguros sus negocios con los narcotraficantes, y en los informes del Departamento de Estado norteamericano sobre Derechos Humanos se habla de él como uno de los grandes jefes paramilitares, al lado de los hermanos Carlos y Fidel Castaño, fundadores de las autodefensas de Córdoba y Urabá. Tal vez el pasaje de su vida que más se recuerda es el de la guerra que libró contra el jefe militar del cartel de Medellín, Gonzalo Rodríguez Gacha. Trabajó mano a mano con él pero pronto se convirtió en su peor enemigo. La guerra duró casi seis años y dejó más de 3.000 muertos, entre ellos otro peso pesado de las esmeraldas, Gilberto Molina. Carranza es visto como el pacificador de la zona esmeraldífera de Muzo y Coscuez, que genera el 60% de la producción mundial y el 80% de las piedras de mayor calidad del mundo.
Al cierre de esta edición, la fiscalía buscaba una cárcel segura para el zar de las esmeraldas. Como lo confesó el propio fiscal Alfonso Gómez, "por distintos motivos Carranza corre muchos riesgos de seguridad".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.