Barrionuevo achaca a una errata haber publicado que supo enseguida la desaparición Lasa y Zabala

El diputado y ex ministro del Interior del primer Gobierno socialista, José Barrionuevo, negó ayer ante el juez Javier Gómez de Liaño que conociera la desaparición de los etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala antes de que ésta fuera denunciada por sus compañeros y atribuyó a una errata el que en su libro 2.001 días en Interior mencione que fue informado de ello. El despacho del dipudo, de seis metros cuadrados, se convirtió en un camarote de los hermanos Marx donde 15 personas escucharon de pie durante más de una hora la declaración de Barrionuevo como testigo.

Barrionuevo achacó a una errata que en su libro 2. 001 días en Interior se mencione que el 16 de octubre de 1983 cuando se encontraba en Oñate (Guipúzcoa) en un funeral fuera informado de que habían desaparecido en Bayona (Francia) dos etarras que luego resultaron ser Lasa y Zabala. Barrionuevo, según los letrados que asistieron a la declaración, se retractó de la afirmación contenida en su libro y dijo que se enteró después de que el suceso fuese publicado por los periódicos. El ex ministro agregó que ha detectado "muchas erratas" en su libro que piensa corregir en las próximas ediciones.La única pregunta del fiscal, Jesús Santos, fue si Barrionuevo, como ministro, era informado de las detenciones de etarras en el País Vasco, a lo que Barrionuevo contestó que no. Santos se oponía a que se tomase declaración a Barrionuevo y ayer el fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, respaldó esa opinión. "Tengo la opinión del fiscal que se ha opuesto a ello. Conozco el informe y me remito a los argumentos y razones que expuso el fiscal en su recurso", dijo Cardenal en rueda de prensa.

Rectificación

Iñigo Iruin, abogado de las familias de Lasa y Zabala, afirmó que a Barrionuevo no le quedaba otra solución que retractarse del contenido del libro, puesto que del sumario se desprende que fue el lunes 17 de octubre de 1983 cuando se dio la alarma de la desaparición y tendría difícil explicación que él ya lo supiera el día 16.A la pregunta del juez de porqué no se investigó el secuestro de Lasa y Zabala, Barrionuevo contestó que ni la policía ni la Guardia Civil tenían competencia para investigar en Francia. El abogado Manuel Cobo del Rosal, defensor de Rafael Vera, preguntó si sabía si algún juez o fiscal de la Audiencia Nacional, que sí tienen competencia sobre delitos cometidos por españoles en el extranjero, se interesó por los hechos, a lo que Bamonuevo contestó que no.

El ex ministro, tanto a la entrada como a la salida de la declaración, estuvo acompañado por una veintena de diputados socialistas que le expresaron su solidaridad. Entre ellos, Carmen Romero, Matilde Fernández, Javier Sáenz de Cosculluela, Luis Alberto Aguiriano, Isabel López Chamosa y Juan Pedro Hernández Moltó.

Barrionuevo declaró después que el juez le había prohibido comentar su testimonio. No obstante, manifestó: "Le he dicho al juez que las imputaciones son injustas y que todos tuvieron un comportamiento correcto. Le he pedido que levante las medidas cautelares y retire los procesamientos".

Asistieron a la declaración el propio Barrionuevo, el juez, el fiscal, la secretaria judicial, el oficial del juzgado, y los abogados Jorge Argotel, Juan de Justo, Jesús Santaella, Angel López Montero y su pasante, Iñigo Iruin, Manuel Tuero, Manuel Cobo del Rosal, el representante del Ayuntamiento de Tolosa y el abogado del Estado. Todos permanecieron de pie y hacinados en el despacho de Barrionuevo durante la declaración, a excepción de la secretaria judicial y la pasante de López Montero.

La declaración de Barrionuevo como testigo en el caso Lasa-Zabala se ha producido como consecuencia del escrito presentado por el abogado del coronel Juan Alberto Perote, Jesús Santaella, en el que solicitaba la imputación del expresidente Felipe González y los ex ministros Narcís Serra y José Barrionuevo.

El juez desestimó la petición de Perote, pero halló conveniente la declaración de Barrionuevo para aclarar la afirmación del libro.