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El partido nacionalista de Marruecos adopta una dirección y una línea mas moderadas

Tras una noche de duras negociaciones, durante la que el espectro de la escisión planeó sobre el 13º Congreso del partido Istiqlal, el Consejo Nacional del movimiento nacionalista marroquí eligió el domingo por unanimidad a Abas el Fassi, de 59 años, como nuevo secretario general, en sustitución del intransigente Mohamed Bucetta, de 74 años. El relevo no es sólo de personas y de generaciones; lo es también de política y de visión del porvenir. El nuevo líder, yerno del fundador del Istiqlal, Alal el Fassi, es un veterano del partido, con 24 años de presencia en su cúpula dirigente, y representa un importante cambio en el perfil político del movimiento que encabezó la independencia de Marruecos.

Este abogado, dos veces ministro en los años ochenta y más tarde embajador de su país en Túnez y Francia, es un dirigente decidido a "readaptar la acción política del partido a las necesidades del Marruecos moderno". El Fassi conoce muy bien España y Europa. En los últimos años, el Istiqlal ha comenzado a "estrechar relaciones" con las principales formaciones políticas occidentales, después de decenios de vinculación al nacionalismo árabe. El Fassi fue invitado por el Partido Popular español a participar en reuniones de la Internacional Democristiana y del Partido Popular Europeo sobre el Mediterráneo y la cooperación Norte-Sur, así como sobre relaciones bilaterales.

Pero la elección de El Fassi a la cabeza del Istiqlal no ha sido fácil. Frente a él se presentaba Mohamed Duiri, veterano dirigente y representante del ala conservadora, quien contó con el apoyo de un tercio de los 3.300 delegados del congreso. El partido se encontraba, y aún lo está, dividido entre partidarios de entrar en el Gobierno junto al líder socialista Abderramán Yussufi, a quien el rey Hassan II designó primer ministro el pasado día 4, y quienes rechazan formar parte en la coalición gubernamental. En su congreso extraordinario celebrado en diciembre, a petición de Duiri, el Istiqlal se opuso a "aceptar el resultado de las elecciones", en las que el partido resultó severamente castigado. Sólo dos de los once dirigentes nacionalistas que se presentaban salieron elegidos.

El nuevo líder del Istiqlal es partidario de adoptar "una política de diálogo". Firme en los principios, El Fassi quiere encontrar un terreno de entendimiento con España para abordar los contenciosos de Ceuta y Melilla. El ala dura del partido siempre defendió que la devolución de Ias ciudades ocupadas por España" debe ser anterior a "Ia discusión sobre el futuro de los intereses españoles". Pero otros sectores del nacionalismo se han alineado con la tesis de Hassan II de "crear una célula dereflexión para abrir la discusión"sobre el futuro de ambas ciudades. Entre estas dos posiciones Abas El Fassi parece inclinarse por la segunda.

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