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FÚTBOL 26ª JORNADA DE LIGA

La imaginación topa con la fortuna

Trabajado empate del Oviedo en Anoeta

Hay partidos que son huesos que se atragantan en la garganta del fútbol. El Oviedo los alimenta con una fe inquebrantable: los debilita, los ensucia un poco y los somete a un ejercicio de resistencia con un estilo de juego que retrotrae en algunos aspectos al cuaternario futbolístico. A la Real Sociedad le costó 45 minutos resolver el crucigrama. Luego convirtió el partido en una carrera de velocidad que encogió el ánimo oventense y lo redujo a una defensa numantina de su parcela. El gol se anunciaba en la conciencia del encuentro y llegó a las terceras de cambio en desagravio a la imaginación desplegada por la Real Sociedad en treinta minutos esplendorosos. Pero el fútbol también tiene un punto carnavalesco y burlón y disfrazó al Oviedo de éxito en un momento de fortuna.A la primera combinación el equipo ovetense halló un gol espléndido de Dely Valdés en una inteligente jugada previa de Berto. Con un gol en el talego, un equipo previsto para la contención defensiva y la anarquía ofensiva parecía predispuesto para una tarde feliz. Sin embargo, Craioveanu salió de su autoexilio y se inventó una jugada que combinaba a la vez su calidad individual y el miedo de los defensores a provocar el penalti. El empate reiventaba el partido.

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Tras un largo descanso, la Real borró del campo a su oponente. El gol sonaba en el ambiente con insistencia. Lejos de apurarse en el empeño, Ia Real Sociedad se manejó con criterio, manejando las alternativas de su repertorio en ambos costados, por el centro, a la búsqueda de un gol que reconviniera el talante del partido y le otorgara la posibilidad de jugar a su manera. El gol llegó en un saque de esquina.

La Real no detuvo el reloj tras el gol de Kovacevic. Lejos de especular mantuvo su presión en busca de una tranquilidad que se anunciaba suficiente con la ventaja obtenida. Krauss prescindió de Kühbauer y dio entrada al polémico Imaz. El equipo pedió empuje. El Oviedo rezaba.

Su apelación a la fortuna fue atendida. Un disparo de Iglesias rebotó en Gómez y se fue a la red. La Real sorbía el sinsabor del resultadismo de su oponente.

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