Silencio del episcopado sobre si la Iglesia debe pedir perdón por cooperar con Franco
Los obispos españoles mantuvieron ayer una tónica de silencio en torno a la polémica sobre si la Iglesia debe pedir perdón por su colaboración con el régimen franquista, tal como sugirió el jueves el obispo auxiliar de Barcelona, Joan Carrera. Tan sólo el obispo de Mondoñedo-Ferrol, José Gea, se pronunció en contra de esta posibilidad, porque en su opinión esta actitud debe obedecer a una decisión personal, y no institucional.
Los obispos catalanes, incluidos los auxiliares de la diócesis de Barcelona, partían ayer hacia Roma para realizar la visita ad limina que los prelados de cada región eclesiástica deben hacer al Papa cada cinco años. Sea por esta razón o porque prefirieron mantener silencio, no realizaron declaraciones sobre el asunto. En la misma situación se hallaban los obispos de la provincia eclesiástica de Oviedo.Gea, en declaraciones a Servimedia, dijo que "hay que pedir perdón por los fallos propios y personales, y no implicar a la Iglesia en esto". En su opinión, "la Iglesia, en cada momento histórico, trata de hacer el mejor bien para todos, aunque a veces acierta y otras no". La Iglesia, dijo, debe pedir perdón "cuando se dé un fallo muy claro y definitivo, para lo que no basta sin más el colaborar con unos o con otros, sino la manera de colaborar con unos y con otros".
El obispo de Mondoñedo- Ferrol no quiso criticar a Carrera. "Cada uno es libre de opinar lo que le parezca y no es necesaria una unanimidad, porque este tema no es una cuestión de fe", dijo. Sin embargo, no ahorró críticas a todo el espectro político involucrado en la Guerra Civil. "Los que hayan tenido esos fallos de cara a la dictadura franquista, de cara a la vida democrática, de cara a nacionalismos de un tipo o de otro son los llamados a pedir perdón", sentenció.
Quienes sí se manifestaron beligerantes en el tema fueron los representantes de organizaciones franquistas como la Fundación Francisco Franco o la Unión de Ex Combatientes de la Guerra Civil.
De "majadería" calificó la propuesta Isaac Casillas, vicepresidente y fundador de la Unión de Ex Combatientes de la Guerra Civil, que cree que la Iglesia pretende así influir en la juventud y conseguir más adeptos. "De todas formas", añadió, "es de agradecer que sea un obispo catalán el que haya hecho esta petición, ya que los catalanes siempre han tenido una mentalidad más abierta y han sido los más valientes a la hora de ir en contra de la Iglesia".
De "barbaridad" lo tildó Félix Morales, vicepresidente de la Fundación Francisco Franco. "Es indigno que las víctimas tengan que pedir perdón a los verdugos", dijo. "La Iglesia debería estar agradecida a Franco, porque devolvió a España el culto católico y protegió la religión". Para Morales esta polémica responde a motivos políticos. "Se están removiendo unas aguas que estaban tranquilas", añadió.
Las asociaciones católicas de tinte progresista, en cambio, adoptaron como propias las opiniones del obispo catalán. Juan José Tamayo, secretario general de la Asociación de Teólogos Juan XXIII, recordó que en la asamblea conjunta de obispos y sacerdotes que se celebró en septiembre de 1971 no prosperó una propuesta que instaba a la Iglesia a pedir perdón, pese a que fue apoyada por una mayoría de los asistentes, puesto que eran necesarios dos tercios de los votos para su aprobación. Tamayo exigió a la Iglesia que pida perdón por "tomar partido" tras la Guerra Civil por el bando vencedor y "legitimar" la dictadura franquista.
Entre la clase política destaca el silencio del PP. El diputado socialista Luis Yáñez se mostró favorable a la propuesta porque "la recuperación de la memoria es necesaria para consolidar la democracia". Angel Colom, presidente del Partit per la Independencia (PI) y senador, cree que "la Conferencia Episcopal española jamás pedirá perdón, y por eso tiene lógica reclamar una Conferencia Episcopal catalana, donde se podría dar este paso". Antonio Romero, coordinador de Izquierda Unida en Andalucía, fue más conciliador y recordó el papel positivo que jugó la Iglesia católica para favorecer la transición desde la dictadura franquista a la democracia. Una reflexión histórica, dijo, "debe valorarlo todo".
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