Docentes del sur dicen que Educación "torpedea" la mejora de sus colegios
Docentes y asociaciones vecinales del Movimiento por la Calidad de la Enseñanza en el Sur y Este de Madrid acusaron ayer al Ministerio de Educación de "torpedear" el convenio de mejora previsto para 24 colegios periféricos con fracaso escolar. Critican los planes de cerrar 14 aulas. Se quejan también de que se vaya a permitir que centros concertados tengan más alumnos de los permitidos para acoger así a niños de ambientes marginados y rebajar su concentración en algunos colegios públicos.
Ministerio, Ayuntamiento y Comunidad firmaron un convenio en septiembre de 1996 con medidas de mejora para 24 colegios de distritos del sur y del este con graves problemas de fracaso y absentismo escolar. En su gestación participaron miembros del Movimiento por la Enseñanza que ahora se confiesan "desilusionados".Pedro Casas, uno de sus portavoces, reconoce que Educación ha cumplido con el refuerzo de plantillas prometido, pero considera que las últimas decisiones de eliminar 14 aulas en estos colegios (ver EL PAÍS del 31 de enero) y de dejar que en algunas clases haya más escolares de los permitidos son dos ataques graves al convenio.
Educación explica que se quieren suprimir aquellas aulas sin alumnos suficientes para llenarlas, pero que la decisión final está pendiente de un estudio. Casas cree que, con ese criterio, acabarán cerrando los colegios más necesitados de ayuda: aquellos en los que la matrícula baja por su fama de problemáticos, al concentrar a niños de entornos marginados.
También han levantado críticas las últimas instrucciones de Educación para evitar que los chavales con más dificultades se escolaricen siempre en los mismos centros públicos y en casi ninguno concertado. Una de las vías es ampliar de forma excepcional el número máximo de alumnos por grupo (20 en primaria y 30 en secundaria), de manera que los niños con necesidades educativas especiales puedan ser escolarizados en todos los centros sostenidos con fondos públicos.
Para el Movimiento por la enseñanza, esta medida, dirigida a que los colegios concertados asuman su cuota de desfavorecidos, algo que no suelen hacer amparándose en que no tienen plazas vacantes, puede volverse contra los públicos. "Si se aumentan los alumnos por clase en los centros concertados, ¿qué va a impedir que se haga en los públicos? Sería mejor obligar a los concertados a reservar plazas para niños con dificultades", añade Casas.
El subdirector educativo de Madrid Centro, Antonino de Paz, replica: "Es una medida excepcional que no va contra nadie y sólo persigue evitar la concentración de los alumnos con necesidades especiales".
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