_
_
_
_
_
PASARELA CIBELES

De Verín llega el morado

La sorpresa poética de Roberto Verino comenzó tras los pantalones smoking interpretados libremente y una marroquinería y calzado potentes, con una serie en diversos morados que enamoraban en su gama hasta los sutiles lilas dignos de Tiffany. Terciopelo, sedas y otros tejidos actuales brindaron la posibilidad de crear una paleta no por ceñida a un color base menos rica. Este criterio se extendió. a la ropa masculina presentada por Verino, con el teja y el mostaza hasta llegar a un solo abrigo verde otoño.El final del desfile fue negro y nocturnal, con un vuelo rasante sobre el visón, el punto y el paño, en exquisitas caídas y donde era muy fácil entender más que adivinar que los tejidos habían sido escogidos con mimo sobre el dibujo ideal e inicial de la prenda. Como cierta excentricidad, hubo cuellos de visón de pelo largo para los hombres y conjuntos de camisa y pantalón del mismo tejido a rayas, que fueron convenientemente relegados a un segundo plano cuando tanto para hombre como para mujer brilló por sí mismo el clásico paño de espiga en abrigos cruzados.

Más información
Jesús del Pozo crea un ejercicio de estilo y continuidad en la apertura de los desfiles

Una excelente peluquería, muy original, y un maquillaje de contenida esencialidad pusieron la guinda a un desfile que abarrotó la sala en la primera sesión de la pasarela y provocó bravos continuados.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_