Firmas privadas británicas podrán gestionar centros con problemas

La invitación cursada por el Gobierno laborista al sector privado británico, multinacionales y bancos incluidos, para que gestionen las escuelas de enseñanza secundaria con pobres resultados académicos, ha enfurecido por igual a padres, profesores y autoridades locales. Estas tres partes, encargadas hasta ahora del sector educativo en el Reino Unido, han calificado de "privatización inadmisible" la propuesta del ministro David Blunkett. Para Michael Barber, uno de sus más veteranos asesores, sin embargo, la realidad es otra. "Los que colaboren estarán inventando el futuro", dijo.

El ministerio quiere involucrar a compañías bien conocidas y respetadas para mejorar las malas notas obtenidas en estos momentos por los centros abiertos en las áreas más deprimidas del país. En la carta cursada a sus responsables se habla de "25 zonas con unas 20 escuelas cada una" que recibirían un subsidio gubernamental. El sector privado aportaría a su vez una suma similar y podría hacerse cargo a partir del próximo septiembre de una de las cinco primeras que se señalen en el territorio nacional. El resto del programa entraría en vigor en 1999.

Bancos, aseguradoras, multinacionales y expertos en educación han expresado ya su interés por sumarse a un proyecto que recortará los poderes de los consejos escolares. Dada la descentralización en materia educativa que caracteriza al Reino Unido, los consejos cederían la mayoría de sus poderes al foro.

Las autoridades educativas que operan ahora a escala local supervisando presupuestos y resultados académicos dejarían asimismo en manos del nuevo grupo asesor su que hacer diario. Los exámenes oficiales seguirán siendo obligatorios.

Grahan Lane, presidente del comité educativo de la asociación encargada de la gestión gubernamental a escala local critica la iniciativa: "Es una propuesta absurda. Las empresas no rinden cuentas a nadie y el Gobierno pretende que lleven un servicio público del que nada saben".