Lluvia en Sevilla

Cuando todo el país llora por el doble asesinato de ETA en Sevilla, con una connotación de orfandad apabullante, los vascos más vascos lo silencian. La Euskal Telebista (ETB), que emite sus programas en vasco, sólo se hizo eco del atentado con una reseña vergonzosa en su telediario. Furioso de rabia, llamé por teléfono a la emisora de televisión protestando por ese silencio que otorga, y quien me contestó al otro lado no tuvo más remedio que darme la razón después de comprobar mi constatación en sus monitores. Los canales de España se habían convertido en ríos de lágrimas y el vasco se había secado. El silencio que otorga. Las tantas y largas manifestaciones no son más que ruido de pocas nueces, a la postre. Juntos no se vence, porque juntos sólo se tararea el himno a la libertad y se escurre el bulto. La libertad y la valentía se consiguen con el pulso de cada puño. Y pienso que los puños vascos tienen miedo. Sólo se cierran de ira e impotencia, pero no dan puñetazos. Resulta difícil pegar a un hijo, aunque sea etarra, pero bien fácil le resulta a éste dejar a unos hijos sin padres que no hacían otra cosa que vivir.En Sevilla llovió, mientras que en Euskadi no cayó ni el más leve de los chirimiris.-