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El municipio duplicó el pasado año los ingresos por embargos de cuentas

Antonio Jiménez Barca

El concejal de Hacienda, Pedro Bujidos, del PP, apretó el año pasado las tuercas a los remisos a pagar las multas e impuestos. En total, y a lo largo de 1997, el municipio recaudó por vía ejecutiva, la que se aplica cuando el deudor se ha negado a pagar voluntariamente, un total de 13.191 millones de pesetas. En 1996 esta cifra llegó sólo a 10.103 millones (un 30,5% menos). Un dato: por embargo de cuentas corrientes se recaudaron 2.160 millones de pesetas, más del doble que el año anterior (sólo 1.069). Este recurso significó un 16% del total de la recaudación ejecutiva de 1997.Los deudores también vieron más las orejas al lobo el año pasado que en 1996. Y esto se demuestra porque, una vez avisados de que podían ser embargados, durante 1997 se pagaron, en ventanilla, 1.822 millones de pesetas, 750 millones más que en 1996.

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El Estado también es un perenne deudor del Ayuntamiento. Aunque el año pasado también pagó más que en 1996.

También se aplicaron durante 1997 a los que se negaban a abonar las multas de tráfico. Por este concepto, en 1995 se recaudaron 144 millones de pesetas. En 1996 (año en el que, durante dos meses, se encargó la empresa norteamericana Electronic Data Systems de notificar las multas) la cifra subió a 455 millones. Y en 1997 el concejal de Hacienda logró recaudar la cantidad de. 1.316 millones de pesetas.

El concejal de Hacienda, pese a todo, no hace sino repetir lo mismo: "Nuestra intención no es ganar dinero con esto, sino que se paguen las multas y los impuestos; yo nunca preveo los ingresos de multas de tráfico en los presupuestos. Estaría feliz si no hubiera que cobrar ninguna".

La oposición, sin embargo, tampoco se ha cansado nunca de criticar "la voracidad recaudatoria del concejal de Hacienda".

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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