Un obispo luterano denunciará hoy ante Garcia-Castellón la represión de Pinochet

El obispo Helmut Frenz, obispo de la Iglesia Evangélica-Luterana de Chile en los años setenta y ex vicepresidente del comité Pro-paz (disuelto por el régimen militar en 1975), declarará hoy ante el juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, en el sumario que se sigue en España contra el general Augusto Pinochet y otros altos cargos de la dictadura chilena. Se trata de la primera figura religiosa que se persona voluntariamente en el caso de los detenidos-desaparecidos. Frenz, de nacionalidad alemana, vive desde 1975 en Alemania, después de que el régimen militar le impidiera el regreso a Chile después de un viaje pastoral a Ginebra.

Frenz se entrevistó con Pinochet en 1974 acompañado del obispo católico Fernando Ariztía. Ambos eran copresidentes del comité Pro-paz, antecedente de la Vicaría de la Solidaridad. El objetivo era denunciar las violaciones de derechos humanos que tenían lugar en el país. En aquella entrevista, según consta en las declaraciones de ambos y en los testimonios recogidos en el libro Chile, memoria prohibida, escrito por colaboradores de la Vicaría Solidaridad, el dictador espetó a los dos obispos: "Yo soy soldado y tengo, como jefe de Estado, la responsabilidad de todo el pueblo chileno, invadido por por el bacilo del comunismo, al que debo exterminar". En relación con el sacerdote español Antonio Llidó (desparecido), Pinochet fue rontundo: "Ése no es un cura, es un marxista".

El testimonio de Frenz es considerado, en medios jurídicos, de gran importancia, para demostrar la responsabilidad de Pinochet en las desapariciones de chilenos y españoles bajo su mandato.