Blair confirma que el Reino Unido participará en una acción militar de EE UU contra Irak

Bill Clinton obtuvo ayer de Tony Blair una proclamación pública de que, si es menester, los dos irán juntos a combatir a Sadam Husein, aunque el resto de la humanidad les mire con recelo. "En Irak, estamos juntos", dijo Clinton en una conferencia de prensa conjunta en la que la mayoría de las preguntas a los dos líderes versaron sobre el caso Lewinsky. Blair y Clinton subrayaron que prefieren "una solución diplomática" pero añadieron que, en caso de que no la haya, lanzarán la acción militar que están preparando. "Debemos preparamos para actuar y lo estamos" dijo Clinton.

"Es importante que señalemos que, por supuesto, preferimos una solución diplomática, siempre y cuando sea consistente con todos los principios que hemos establecido", dijo el primer ministro británico. "Pero", continuó, "tenemos que prepararnos en caso de que la diplomacia no funcione". Blair dijo que la relación entre Londres y Washington es de "gran camaradería" y confirmó que el Reino Unido ha enviado un portaaviones y ocho aviones Tornado al golfo Pérsico, para reforzar la ya poderosa armada norteamericana, que ayer perdió dos cazas F-18 al chocar entre sí cuando participaban en maniobras de entrenamiento al este de las costas de Kuwait. Uno de los pilotos murió.Clinton recordó que en estos momentos hay en marcha varias iniciativas diplomáticas para convencer a Sadam Husein de que permita el libre acceso de los inspectores de la ONU a todos los lugares donde se sospecha que los iraquíes fabrican o almacenan armas químicas y biológicas. "El primer ministro y yo", precisó, "preferimos una auténtica solución diplomática. Pero eso sólo depende de Sadam Husein. Ese hombre es el único delincuente reincidente con armas químicas".

Los dos líderes se esforzaron por restar importancia a la oposición de países como Rusia, Francia y China a una acción militar contra Irak. "Creo", dijo Clinton, "que hay más consenso de lo que parece a primera vista respecto a la necesidad de llevar este asunto hasta el final".

El presidente norteamericano rechazó la posibilidad de que el objetivo de una acción militar sea el derrocamiento de Sadam, algo que muchos congresistas le vienen exigiendo esta semana. Según la mayoría republicana del Congreso de EE UU, sostenida por algunas voces demócratas, una nueva operación contra Irak no tiene sentido si no termina de una vez con el dictador iraquí. Pero Clinton dijo ayer: "No vamos a entrar en guerra con Irak para cambiar el liderazgo de ese país".

El objetivo descrito por Clinton para una eventual operación aérea de castigo fue "reducir o retrasar sustancialmente" la capacidad de Irak de reconstruir un arsenal de armas químicas o biológicas, que "ya usó contra su propio pueblo y contra los iraníes". Blair también circunscribió el objetivo a "que los inspectores de la ONU terminen su trabajo".

Clinton declaró que la nueva acción militar no tendría la envergadura de la guerra del Golfo (1991) y, preguntado sobre el comentario de Borís Yeltsin respecto al posible comienzo de una guerra nuclear, afirmó: "No creo que eso ocurra". El primer ministro laborista británico y el presidente demócrata norteamericano parecieron referirse todo el tiempo a un ataque aéreo.

Blair explicó que las conversaciones no se han limitado a Irak. Citó también Oriente Próximo, Bosnia, el efecto de la crisis financiera asiática en la economía mundial y la importancia para Europa de estrechar lazos con Turquía. Clinton invitó a su huésped y a su esposa, Cherie, a pasar la noche de ayer en la residencia presidencial de Camp David.