Árboles maltratados

Escribo esta carta para llamar la atención sobre el maltrato que reciben los árboles de Madrid. Empezando por el Ayuntamiento y continuando por multitud de vecinos incivilizados, las ofensas se multiplican: obras públicas que eliminan el arbolado, plantaciones inadecuadas que luego no se mantienen con los riegos necesarios, tala de árboles monumentales (véase el cedro centenario del paseo de La Habana), contaminación y plagas que se extienden sin que se les preste la atención debida; incivilizados que rompen los árboles jóvenes, pintarrajean los troncos de árboles venerables, arrojan basuras en los alcorques; vecinos que vacían el cubo de fregar en ellos o simplemente contemplan impasibles cómo languidecen y se secan por falta de riego adecuado; arreglos en las aceras que rellenanl os alcorques de cemento y causan heridas en los troncos. El tema de las podas merece capítulo aparte: brutales y excesivas las más de las veces, parecen realizadas con el fin de dañar a los árboles. En el mejor de los casos, les restan belleza y nos privan de su sombra en verano y del cobijo que proporcionan a los pájaros entre sus ramas. En el peor, son causa de enfermedades que acortan su vida (según el Ayuntamiento, tendrán que talarse en los próximos dos años 7.000 árboles enfermos por las podas inadecuadas que sufrieron en el pasado y que constituyen un peligro para la integridad de los viandantes). A mediados del siglo XVIII, Antonio Ponz, refiriéndose a unas podas realizadas en el paseo de las Delicias, decía que parecía "como si el fin fuera hacer leña", y añadía: "Sería deseable que se les dejase (a los árboles) entregados a la naturaleza". Y más adelante: "Las limpias y las mondas de los árboles, cuando no se dan con necesidad y mucha inteligencia, son para ellos verdadera peste". Doscientos años después parece que la situación no ha cambiado mucho, como puede comprobarse en estos días en el mismo paseo de las Delicias, donde los jardineros del Ayuntamiento mantienen celosamente la tradición masacrando los antaño bellos plátanos que pueblan ambas aceras del mismo.-