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GESTIÓN: LA JOYA DEL CISTERCIENSE ESTÁ EN EL PALACIO DEL CANTO DEL PICO

Patrimonio devolverá a Valencia un valioso claustro gótico con siete siglos de historia

Vicente González Olaya

El claustro del monasterio de Santa María volverá al lugar de donde fue extraído hace ochenta años: el municipio valenciano de Simat de Valldigna. La Consejería de Cultura ha dado su visto bueno para que esta joya de la arquitectura cisterciense, ubicada actualmente en el palacio del Canto del Pico (Torrelodones), sea devuelta al Gobierno valenciano. Madrid sólo pone dos condiciones: que la Generalitat valenciana encargue una réplica exacta para dejarla en Torrelodones y que corra con los gastos de restauración de una parte del palacio del Canto del Pico.

Hace dos semanas, el director general de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, su homóloga de la Generalitat valenciana y el alcalde de Torrelodones se reunieron para concretar los términos del acuerdo que permitirá la vuelta del claustro a Simat de Valldigna. Esta joya del arte cisterciense se encuentra en Torrelodones desde 1920, cuando fue llevada allí por el conde de las Almenas, un enamorado del arte gótico. Ambos directores generales acordaron que el Gobierno madrileño devolvería el claustro si la Generalitat hacía entrega de una réplica exacta para colocarla en el lugar que ahora ocupa el verdadero en el palacio del Canto del Pico. Además, el Gobierno valenciano tendría que hacerse cargo de una parte de la restauración del palacio madrileño.El alcalde de Torrelodones, Enrique Muñoz, del PP, fue el más remiso a la hora de sellar el acuerdo. "Estoy conforme con que la Comunidad Valenciana recupere el claustro de Valldigna, porque para ellos tiene, según me explicaron, el mismo valor que para los catalanes el monasterio de Poblet [cripta histórica de la Corona de Aragón]; pero, a cambio, deben darnos algo. No quiero que Torrelodones se descapitalice culturalmente. Por ejemplo, nos gustaría que el palacio pasase a nuestras manos".

Actualmente, el Canto del Pico es propiedad de una empresa británica llamada SHL, que lo compró en 1988. Esta entidad ha cedido al Ayuntamiento de Torrelodones todos sus poderes para negociar el traslado del claustro de Valldigna. Además, el Ayuntamiento y SHL mantienen desde hace cinco años negociaciones para permutar la propiedad del edificio. El Consistorio se quedaría con el palacio y SHL tendría permiso para construir chalés en los terrenos que rodean el Canto del Pico. Pero hay un problema: el palacio se asienta sobre una finca de 30 hectáreas del parque regional de la cuenca alta del Manzanares. En noviembre de 1994, el patronato del parque (entidad que gobierna esta zona natural) paralizó, la operación por los daños medioambientales que podría ocasionar.

Séptimo centenario

El monasterio de Santa María de Valldigna fue construido en 1298; por tanto, ahora se conmemora su séptimo centenario. La desamortización de Mendizábal, en el siglo XIX, supuso la ruina del único cenobio cisterciense del reino de Valencia. Actualmente, la Generalitat realiza excavaciones arqueológicas y obras de emergencia para mantener lo que todavía queda en pie. Las obras de urgencia realizadas en los últimos meses han conseguido consolidar las capillas laterales de la iglesia y una de las escasas estancias conservadas. Las excavaciones han sacado a la luz el pavimento, los muros y algunos arcos del denominado patio del abad, de los siglos XV y XVI.A principios de este siglo, José María del Palacio y Abárzuza (18 66-1940), conde de las Almenas, emprendió un largo viaje por toda España a la búsqueda de obras de arte gótico. Reunió cientos para su palacio madrileño. La mayoría procedían de castillos, monasterios e iglesias en ruinas. Con todos estos elementos, comenzó la construcción del palacio de Torrelodones en 1920: desde las columnas góticas del palacio del Infante (Zaragoza) hasta las verjas del monasterio de las Salesas (Madrid), pasando por cruceiros gallegos o el claustro del monasterio de Valldigna. Todo un pastiche cultural, a 35 kilómetros de Madrid.

El conde de las Almenas, que perdió a su único hijo y a su mujer durante la guerra civil, sufrió una fuerte depresión. Dejó el palacio en herencia a Francisco Franco, quien lo utilizó como residencia. En 1975, el palacio pasó a manos de sus herederos, que lo vendieron en 1988 a la sociedad SHL. Esta empresa quería construir en él un hotel de lujo, pero el proyecto, se descartó por problemas económicos. Por el momento, su proyecto de construir chalés también está paralizado.

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Sobre la firma

Vicente González Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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