Monica Lewinsky visitó la Casa Blanca 37 veces desde que abandonó su puesto de trabajo
Monica Lewinsky visitó la Casa Blanca en 37 ocasiones desde abril de 1996, cuando abandonó el trabajo que allí tenía para trasladarse al Pentágono, hasta diciembre de 1997. La información, publicada ayer por The New York Times y no desmentida por el abogado de Lewinsky, es embarazosa para BilI Clinton. ¿Cómo una ex empleada de pequeño rango tenía tanto acceso al santuario político más poderoso del planeta? A falta de que el presidente responda a esas y otras preguntas sobre la naturaleza de su relación con Lewinsky, Kenneth Starr continúa sus investigaciones.
El fiscal independiente citó ayer a George Stephanopoulos ante el gran jurado que desde la pasada semana se reúne en Washington. Stephanopoulos, que compareció durante más de treshoras ante el gran jurado, fueuno de los más estrechos consejeros de Clinton durante la campaña de 1992 y a lo largo desu primer, mandato presidencial. Ahora ya no vive en Washington sino en Nueva York, donde dicta conferencias, trabaja como comentarista de la cadena ABC y prepara un libro sobre la Casa Blanca.Antes de su comparecencia Stephanopoulos ya había declarado que se encontró con Lewinsky en la Casa Blanca, pero que no le consta la existencia de relaciones sexuales entre ella el presidente. También había dicho que si las acusaciones que pesan contra Clinton son verdad, "podrían llevar al procedimiento del impeachment (destitución)".
La versión presidencial
Clinton desmintió de modo enérgico la pasada semana haber sostenido relaciones sexuales con Lewinsky y haberla presionado para que mintiera. Pero la opinión pública sigue esperando que dé su versión, y en particular que explique por qué tenía tanta intimidad con la joven. No es muy corriente que un ex empleado de bajo rango visite la Casa Blanca 37 veces, la última el 28 de diciembre, cuando Lewinsky ya había sido citada como testigo en el caso Paula Jones.Las entradas de Lewinsky fueron autorizadas por la secretaria personal de Clinton, Betty Currie. Los registros de entradas de la Casa Blanca no mencionan el objetivo de esas visitas, que James Carville, amigo y asesor de Clinton, atribuyó ayer a la amistad de Lewinsky con la secretaria del presidente.
Lewinsky abandonó ayer Washington en dirección a su California natal sin que su abogado, William Ginsburg, hubiera llegado todavía a un pacto con el fiscal Starr Ginsburg se mantenía en la posición que expresó el fin de semana: el escándalo se evaporará y Clinton seguirá gobernando. Es toda una amenaza para el fiscal Starr, que compromete su carrera en el desafío que ha lanzado al presidente.
La extraordinaria recuperación de popularidad de Clinton era interpretada ayer en The New York Times como una muestra de que el pueblo norteamericano valora ante todo su excelente conducción de los asuntos públicos, y en particular de la economía, y presta mucha menor importancia que en el pasado a la vida privada del titular de la Casa Blanca.
James Carville, cerebro de la primera campaña presidencial de Clinton, no ocultó ayer su regocijo en la cadena NBC por la vigencia de su planteamiento de 1992. Carville lideró entonces el asalto de Clinton frente a George Bush con un célebre lema: "Lo importante es la economía, estúpido".
El, por el momento, victorioso contrataque presidencial contra Starr en el que Carville ha participado activamente se ha basado en lo mismo. El lunes, Clinton fue el primer presidente en 30 años que envió al Congreso un presupuesto sin déficit.
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