Armand Basi descubre en la pasarela Gaudí al hombre del próximo milenio
Moda Barcelona cierra sus desfiles avanzando propuestas
Armand Basi descubrió en el último día de desfiles de la pasarela Gaudí de Barcelona la moda para el hombre del próximo milenio. Con una puesta en escena espectacular, Basi impuso su idea de sastrería de corte romántico: trajes entallados, abrigos largos y cuadros y rayas de procedencia británica. Las propuestas más avanzadas pronostican la aparición de nuevas texturas, el predominio de la raya diplomática, levitas estructuradas, tejidos brillantes y el punto como tendencia general en las colecciones del próximo otoño-invierno.
En su desfile del domingo, Basi recuperó la idea romántica del hombre bien vestido, dibujando los esquemas del nuevo dandy para el siglo XXI: un hombre, según él, sofisticado y culto que combina el brillo del terciopelo y la ligereza de las panas lisas con tactos 100% tecnológicos, que mezcla con lanas infladas y esponjosas en prendas de más abrigo y acabadas en capucha o con cuellos de piel sintética. A la mujer la envuelve en abrigos de punto largos hasta los pies -también presentes en la colección de hombre-, chaquetas y abrigos silueteados lisos o con bordados inspirados en la pasamanería dieciochesca, sobre los que coloca transparencias brillantes.En el resumen de tendencias aparece una mujer sofisticada por la noche, con sedas bordadas y terciopelos; también proliferan las levitas y pantalones anchos para la mujer que vive de día, según las propuestas presentadas por Antonio Miró en el Teatre Nacional de Catalunya. Sobre el hombre pesan abrigos largos, tabardos y gabardinas, trajes estrechos y camisería de punto con hilos de lana inflada.
Josep Font bordó sobre tejidosde alta calidad el éxito de sus anteriores colecciones, sin duda influidas por la alta costura; y David Valls motivó a su público femenino con un abanico de prendas donde destacan también abrigos largos de lana gruesa que se arrastran por el suelo y sus habituales texturas de hilo fino en la que destacan los filamentos de mohair.
Nuevos valores
Josep Abril, Celia Vela y Elisa Amann representaron en la pasarela Gaudí a la nueva generación de diseñadores. Abril saca adelante sus creaciones masculinas con más realismo que provocación, mezclando distintos tipos de cuadros Gales y abusando de la gama del gris poco definido. Mangas japonesas, monos para combinar con americanas a tono, guardapolvos y pantalones anchos, son sus prendas más destacadas.A Celia Vela le ha inspirado el diseño anglosajón en su primera colección en solitario en la que destacaron, por su originalidad y buen tono, las prendas superiores. La diseñadora vasca Elisa Amann centra su apuesta en la combinación de punto y arriesga en metodo y color. Lluís Gerenó destacó por lo avanzado de sus propuestas de punto y línea depurada con breves efectos de volumen, y Núria Mora, más comercial que esclava de las tendencias, compuso su desfile mezclando tejidos y combinando distintas tonalidades de una misma base, con el negro de fondo y el berenjena de bandera.
Del cóctel de tendencias nos queda una idea minimalista, perfectamente expresada por la firma A Menos Cuarto, lo que justifica la línea depurada de sus modelos y el uso de tantos colores fríos: blancos, grises y negros, con marrones, lilas, amarillos cobrizos y burdeos. Los tonos champagne y los efectos brillantes figuran entre las propuestas más optimistas.
Susana Hergenhalm clausuró ayer los desfiles destacando sobre punto la idea del tricotado a mano; contrasta volúmenes -lisos/gruesos- y se deja seducir por la actualidad del canalé.
Moda Barcelona cerró su edición con quejas y atrasos de casi dos horas entre desfile y desfile y una buena sintonía entre sus diferentes salones: Intimoda, en cuya pasarela hemos visto desde los tangas más libidinosos presentados en un antiguo convento (La Porla), a los más selectos encajes (Andrés Sardá), versiones 100% algodón (TCN) y sueños románticos en el desfile de Guillermina Baeza. Los otros salones; Espacio Gaudí, Es Moda, Mediterráneo Jass Wear e Itermercería, han servido de fondo comercial a su mejor escaparate: la pasarela Gaudí.
Babelia
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