El arzobispo de Sevilla dice que no tiene que consultar si preside las exequias
Numerosos obispos españoles adoptaron ayer una actitud de inequívoca solidaridad y público apoyo a las últimas víctimas de ETA, Alberto Jiménez-Becerril y su esposa, Ascensión García Ortiz, en contraste con la del Consejo Presbiterial de Bilbao, que ha aconsejado a su obispo no asistir a los funerales de los asesinados por la banda terrorista. El arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo, manifestó que él no tiene "ninguna necesidad de consultar a nadie" porque sabe que todos los fieles quieren que esté con los que sufren. Varios obispos pidieron a las fuerzas políticas que den prioridad a la unidad contra el terrorismo.Carlos Amigo, que desde el primer momento se ofreció a oficiar hoy el funeral por el concejal popular y su esposa, precisó que la pareja fue abatida frente a la casa de Cáritas, "un sitio desde el que siempre se ayuda a la gente". El arzobispo se declaró, en RNE, "un servidor más de esta comunidad cristiana", por lo que se ponía a su disposición para "fortalecer a las personas que soportan este crimen".
El arzobispo castrense, José Manuel Estepa, fue más lejos en sus comentarios sobre la actitud de la jerarquía eclesiástica frente al terrorismo, y declaró: "Los obispos y sacerdotes no podemos ser neutrales, ( ... ) no podemos ausentamos ante el asco y el cansancio de nuestro pueblo" por la violencia de ETA. Incluso reconoció que "algunas actuaciones" de los obispos "producen contratestimonio evangélico".
Los obispos de Bilbao, San Sebastián y Vitoria, reunidos en Álava, enviaron una nota de condolencia al arzobispo de Sevilla, que hicieron extensiva a la familia de los fallecidos y al pueblo sevillano. El arzobispo de Pamplona, Femando Sebastián, pidió a los responsables políticos que "dejen a un lado sus divergencias y formen un frente común, claro y firme en defensa de la convivencia justa y pacífica de todos los españoles, por todos los medios legales y legítimos que tiene a su alcance una sociedad democrática". En la misma línea, el arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, señaló que, "por desgracia, mientras unos disparan y matan, otros discuten, sin lograr un frente común para erradicar el terrorismo". Y añadió: "No podemos permanecer indiferentes para evitar que nuestra sociedad se hunda en el abismo del envilecimiento".
El arzobispo de Granada, Antonio Cañizares, defendió que "hay que estar muy cerca de los que sufren, de los que son víctimas de esta violencia asesina, cruel y envilecida".
Antonio María Rouco, arzobispo de Madrid, afirmó que "la banda terrorista ETA, una vez más, está sembrando lo que lleva dentro: muerte profunda a lo que, es la vida, la convivencia, la paz". Y pidió que se rece por el matrimonio asesinado, por sus hijos, y por el Gobierno, "para que mantenga firmes y unidas a todas las fuerzas democráticas".
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