Un médico debe pagar 30 millones por imprudencia mortal
Un médico del Hospital General de Murcia, R. M. E., ha sido condenado a indemnizar con 30 millones de pesetas a la viuda y tres hijos de Juan Gálvez, quien murió por un infarto poco después de acudir al centro sanitario, aquejado de molestias en el tórax. El doctor le dio de alta, según fuentes cercanas al caso.
La sentencia del juzgado de Instrucción número 1 de Murcia considera al médico autor de una falta de imprudencia leve con resultado de muerte. El fallo judicial indica que el facultativo, encargado del servicio de urgencias el pasado 17 de mayo de 1997, no extremó su actuación médica hasta el extremo necesario para descartar completamente la posibilidad de la existencia del infarto que provocó la muerte del enfermo".
La sentencia detalla que el paciente fue dado de alta hora y media después del ingreso, "pese a sufrir dos nuevos amagos en la sala de espera, y fue remitido a su domicilio recibiendo como prescripción la ingestión de una pastilla de Valim 5 o cafinitrina, para que se la pusiese bajo la lengua". En los fundamentos jurídicos, el magistrado rechaza "lo alegado por la defensa relativo a la falta de camas en el hospital, ni tampoco que la actuación médica podía estar influida por la relación precio-servicio".
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