Luz verde, con dos años de retraso, al desmantelamiento de Vandellós I

El Ministerio de Industria y Energía autorizó ayer a la Empresa Nacional de Residuos (Enresa) a hacerse cargo de la central nuclear Vandellós l (Tarragona) para iniciar la primera fase de su desmantelamiento. El ministro Josep Piqué firmó la orden ministerial que transfiere la titularidad de la planta atómica de Hifrensa, el consorcio hispanofrancés propietario de la central, a Enresa, la sociedad encargada de su clausura.

Está previsto que los trabajos de desmantelamiento empiecen a principios de febrero y tengan una duración de unos 4 años. Enresa ha presupuestado esta primera fase en unos 10.000 millones de pesetas y significará la. retirada de todas las estructuras, equipamientos y componentes de la central, radiactivos y convencionales, a excepción del cajón del reactor y de los sistemas de seguridad.

Dos años de retraso

El traspaso de titularidad de Hifrensa a Enresa llega con casi dos años de retraso, ya que estaba previsto que se iniciara en abril de 1996. Los lentos trámites administrativos se deben a la escasa experiencia en España en este tipo de actividades.Enresa tenía listo tanto el plan de clausura como el informe de impacto medioambiental en mayo de 1994, pero ambos documentos han tenido que ser aprobados por el Consejo de Seguridad Nuclear y los ministerios de Medio Ambiente y de Industria y Energía. Los documentos han sufrido tantos retrasos que hasta el ministerio de Isabel Tocino tardó más de 5 meses en examinar el informe de impacto medioambiental, para al final no modificar ni una coma.

En 1990, tras un incendio, el Gobierno socialista decidió la clausura de Vandellós I. Una vez que Enresa haya finalizado la primera fase del desmantelamiento, el reactor nuclear -cubierto por un edificio de hormigón- permanecerá 30 años en fase de latencia hasta que su radiactividad haya descendido hasta un 5%. Sólo entonces el emplazamiento podrá recuperar el estado natural en que se encontraba antes de 1972.