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Los católicos del Ulster desconfían de las promesas policiales de restablecer la paz

, Los rostros de los irlandeses que acuden a colocar flores en los lugares donde pistoleros protestantes han asesinado este último mes a ocho católicos del Ulster lo dicen todo. Ceños fruncidos y gestos de dolor y repugnancia. Pero en Belfast sobre todo hay rabia. Una rabia que supera el justificado miedo a los paramilitares protestantes que campean y se vanaglorian impunemente en las mismas calles en las que el Royal Ulster Constabulary (RUC), la fuerza policial predominantemente protestante, dice estar dispuesta a ofrecer "seguridad a todos".Como nunca desde el tímido inicio de las conversaciones de paz en Irlanda del Norte en 1996, esa pretensión del RUC suena a broma entre la población católica. La ola de asesinatos que comenzó hace un mes y que se concentra sobre los católicos no tiene visos de detenerse. Especialmente después de declaraciones de los paramilitares probritánicos de la llamada Fuerza Voluntaria Lealista (LVF). Al igual que para los Combatientes por la Libertad del Ulster (UFF), la LVF cree que hablar de un cese de la violencia es hablar de "puros disparates".

La aparición en las noches de piquetes armados de militantes republicanos enmascarados se añade al clima de tensión en la atribulada ciudad del Ulster. "El RUC no mueve un dedo contra los protestantes. Si no nos protegemos por nuestra cuenta vamos mal", decía ayer con amargura un militante del Sinn Fein, el frente político del Ejército Republicano Irlandés (IRA). El IRA es virtualmente la única fuerza que se mantiene firme en la tregua que está permitiendo, desde septiembre pasado, las negociaciones patrocinadas por Londres y Dublín.

Pero nadie sabe por cuánto tiempo más el IRA va a quedarse de brazos cruzados. "La presión popular para que se castigue a los asesinos del último mes aumenta con las horas", admitió esa fuente. No lejos del cuartel general del Sinn Fein, en el tristemente célebre Falls Road, un viejo militante del IRA reflexionaba encorvado sobre una tibia pinta de cerveza. "Estos bastardos sólo entienden el lenguaje de las armas", decía. "A estos malditos asesinos hay que recordarles que los republicanos no nos vamos a dejar matar como moscas. A los asesinos lealistas [probritánicos] hay que pararlos en seco y para siempre".

Ése es precisamente el mensaje que los vigilantes republicanos están tratando de impartir en los barrios populares como Ardoyen, donde han comenzado a aparecer panfletos que instan a la gente del Belfast católico a mantenerse siempre alerta.

Para los republicanos, el RUC no es garantía de seguridad. "La policía tardó tres semanas en culpar a los asesinos del UFF, y hasta ahora oculta las pruebas balísticas y los informes forenses que demuestran que las armas usadas en los últimos asesinatos provienen de la LVF y que éstas fueron distribuidas por los políticos protestantes con la plena complicidad del Gobierno británico", declaró Mark Thompson, un portavoz del Sinn Fein.

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