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PSOE, IU y sindicatos forman un frente común por "una Universidad pública y de progreso"

La izquierda regional madrileña hizo ayer causa común a cuenta de la Universidad pública. La Federación Socialista Madrileña, IU, UGT y Comisiones Obreras presentaron conjuntamente un Manifiesto para el progreso de la Universidad pública en la Comunidad de Madrid en el que se arremete contundentemente contra la política de la ministra Esperanza Aguirre y se lanza un llamamiento "a todos los universitarios de talante crítico". "Parece llegado el momento de alentar acciones que respondan con firmeza a la pasividad en la política actual", proclama el texto.

El progresismo toma carrerilla en los ambientes universitarios madrileños. Primero fue el acto del jueves pasado en la Facultad de Ciencias de la Información, en el que 150 profesores de izquierdas se conjuraron para "plantar batalla" en las elecciones al claustro de la Universidad Complutense, en el que por ahora los sectores conservadores gozan de una abrumadora mayoría. Ayer nadie pudo sustraerse del todo a ese ambiente preelectoral, pero los objetivos eran más amplios: no se trataba de abordar los problemas de la Complutense, sino los de la Universidad pública, sometida a un proceso de "degeneración" por parte de la Administración central. Más de 300 profesores, alumnos y personal de administración dejaron pequeña la sala Valle-Inclán, en el Círculo de Bellas Artes, donde se presentaba el manifiesto.El texto que han consensuado las cuatro organizaciones firmantes ocupa cuatro folios y emplea un tono contundente de denuncia desde la primera línea. Se le atribuye al Gobierno del Partido Popular un "manifiesto desinterés por la enseñanza pública" en todos los niveles, lo que sólo puede ser imputable a la "negligencia política". Y se advierte que el desarrollo económico y social "no puede dejarse en manos de personas y entidades privadas no guiadas por el concepto de servicio público y de igualdad".

Modelo 'Titanic'

En la mesa presidencial se sentaron nueve personas en representación del profesorado, el alumnado y el personal de administración progresista de las seis universidades públicas madrileñas. Al final no hubo tiempo para el debate, sino sólo para la intervención más esperada: la del filósofo Fernando Savater,catedrático en la Complutense. El autor de Ética para Amador o de Panfleto contra el todo avisó que la Universidad pública corre el peligro de seguir lo que dio en llamar modelo Titanic. Lo explicó con estas palabras: "El gran barco ya ha chocado con el iceberg de la masificación y de los problemas económicos. Ahora corremos el peligro de que las barcas de salvamento sólo sean para los viajeros de primera clase y que los demás se hundan al ritmo de la orquesta". En ese sentido, abundó el filósofo, la propia sociedad no puede consentir que sólo alcance el rango de universitario "una determinada casta, aquella que cuenta con el respaldo [económico] familiar".El líder de los socialistas madrileños, Jaime Lissavetzky, también apuntó en parecida dirección. "No es de recibo", aseveró el portavoz regional, "que se pueda estudiar enfermería en una universidad privada si tu padre tiene un millón de pesetas". En su mente estaba el conflicto de los alumnos de la Autónoma con los de la privada Alfonso X el Sabio; el Insalud ha autorizado a estos últimos que realicen sus prácticas en el hospital Severo Ochoa de Leganés, el mismo en el que ya practicaban los futuros enfermeros de la universidad pública.

El coordinador de Izquierda Unida en Madrid, Angel Pérez, se remontó en sus críticas a la educación primaria. "Todo arranca de un problema de financiación", subrayó, "ya que Madrid es la Comunidad con menor gasto por alumno de todo el Estado". Pérez aprovechó para exigir, una vez más, 100.000 millones de pesetas adicionales al Ministerio de Educación en el proceso de transferencias, y, ya metidos en harina universitaria, reclamó la rápida aprobación de la Ley de Coordinación Universitaria, todavía en fase de anteproyecto. "Es absolutamente necesaria para aunar esfuerzos y determinar necesidades", subrayó.

Savater remachó este acto de unificación -después de muchos años de desencuentro de la izquierda en la Universidad con una concesión a la autocrítica: "Hay que reformar el actual gigantismo burocrático de la Universidad. Inventemos cosas juntos. El Titanic se hunde y ninguno debe quedarse nadando solo en el agua".

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