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Blair pide a los partidos que sigan negociando sobre el Ulster pese a los asesinatos

El primer ministro británico, Tony Blair, se entrevistó ayer con los siete partidos que discuten el futuro de Irlanda del Norte e instó a los enconados adversarios a mantener el diálogo, a pesar de la ola de violencia que sacude la provincia y el peligroso alejamiento de uno de los grupos protagonistas del conflicto. El llamamiento de Blair adquiere mayor relevancia a la luz del rechazo del Partido Unionista del Ulster (UUP), de David Trimble, a un documento presentado por los Gobiernos de Londres y Dublín durante la ronda de negociaciones que culmina hoy en Lancaster House, en la capital británica.

"A pesar de todas las dificultades y los odiosos asesinatos que han ocurrido, estoy más que nunca convencido de que la única perspectiva de paz está en que los políticos hablen y negocien una solución duradera", declaró Blair antes de su reunión con los partidos nacionalistas y unionistas. "Sigo creyendo que este proyecto de negociaciones constituye la única oportunidad para lograr ese objetivo. Cualquiera que sean los problemas y las dificultades, perseveraremos en nuestro empeño". En una referencia directa a la campaña de asesinatos políticos en el Ulster, donde ocho católicos han caído bajo las balas de terroristas probritánicos desde Navidad, Blair declaró: "Incluso con estos asesinatos, estas crueles matanzas, no vamos a desviar la atención del proceso". También han sido asesinados, dos protestantes.Blair habló mientras en Belfast era sepultado John McColgan, un taxista católico y padre de tres niños, abatido a balazos este fin de semana en un camino de Belfast. Ninguna de las organizaciones paramilitares protestantes del Ulster se ha responsabilizado de este asesinato, pero todas las sospechas caen sobre la banda de los llamados Combatientes por la Libertad del Ulster (UFF), cuyo frente político, el Partido Democrático del Ulster (UDP), se retiró de las negociaciones el lunes para evitar ser ignominiosamente expulsado del proceso.

Mientras la tensión en Belfast aumenta a raíz de recientes pronunciamientos de grupos paramilitares protestantes en el sentido de que una tregua es impensable, los políticos del Ulster, reunidos en Londres, exploraban anoche métodos para extraer el proyecto de paz de un posible colapso.Fuentes próximas a las conversaciones dijeron que el ambiente es de 'Tranco pesimismo", dadas las posiciones encontradas de católicos y protestantes. En las calles de Belfast tampoco hay síntomas alentadores. "Los paramilitares protestantes van a continuar con su vil campaña de asesinatos", pronosticó sombriamente un taxista católico, que desde hace dos semanas se niega a trabajar de noche. "Resulta demasiado peligroso. Nadie se atreve a recoger pasajeros en los turnos de noche".

La situación se tomó aún más peliaguda desde ayer por la mafiana, cuando un taxista católico se salvó de milagro de caer abatido por un pistolero que le interceptó en una esquina, le apuntó a la cabeza y apretó el gatillo. Pero no salió el disparo. "Fueron momentos de intenso terror", declaró el taxista, demasiado asustado para revelar su nombre. "Vi como este tipo que llevaba una gorra de béisbol, se me aproximó, extrajo una pistola y me encañonó. Luego sólo oí un clic. Le vi golpear su pistola. Quería activarla a toda costa. Pero cuando vio que el arma era inútil se dio a la fuga", añadió.

Esos y otros deseos se ven sin embargo enturbiados por la renuencia unionista a aceptar puntos clave de la negociación propuesta hace un mes. Estos prevén la creación de mecanismos que JefIrey Donaldson, del UUP, calificó anoche de inútiles: una nueva Asamblea en Irlanda del Norte; más estrechos vínculos entre Londres y Dublín, y organismos que potencien una mayor cooperación entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda. Para dar mayor énfasis a la oposición protestante, Donaldson tomó uno de los borradores y lo hizo trizas ante las cámaras de televisión, "Esto es inaceptable", proclamó.

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