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Tribuna:VISTO / OÍDO
Tribuna
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Ricos y Pobres

Aparte de que la culpabilidad de Felipe González es universal (como saben todos los que sigan a los numerosos portavoces oficiales y oficiosos del Gobierno y su partido, y de Anguita y el suyo), el caso de la negociación con Europa recae ahora sobre él y los suyos con algo más de razón. Hubo un poco de furia socialista en el deseo de "ser europeos", que a los que lo éramos de siempre, desde ninos, nos tenía desconcertados.El aznarismo dice ahora que González vendió la patria: minas y astilleros y vacas y aceite. Y mano de obra: nuestro paro sería el que segrega Europa. Nos vendió por poca cosa. El anguitismo repite lo que dice siempre que, desgraciadamente, coincide con lo que yo opino: que Maastricht es una ruina. Se puede creer que González y sus más lúcidos ministros de economía estaban seguros de que nuestra regulación económica estaría asegurada para siempre. Estoy absolutamente seguro de que no tenían la menor duda de que eran un bien para el país: en sus peores momentos, creían que, por lo menos, no había otra salida posible. No parecían tener en cuenta la idea de que siempre habrá pobres y ricos" que figura con lugar fijo y estable en las frases lapidarias nacionales; y que los ricos siempre son los ricos, y que España es un país empobrecido. No ha dejado nunca de haber pobres y ricos dentro de nuestro país; y cuando algunos de los nuevos han querido salir de pobres, se lo han hecho pagar con sangre, a él y a sus compañeros. Todavía muchos están empapelados. Buenos son los ricos para permitir que otros entren en su club. Y lo mismo pasa fuera de nuestro país: las grandes, poderosas, acaparadoras naciones, las que nos llevan siglos de ventaja en la invención, la tecnología y el teatro de la democracia, no dejan que lleguemos a ser como ellos. Nos necesitan para explotamos, como los ricos necesitan que haya pobres. Incluso por una sensación de bienestar que ellos sienten y que además les sirve para cuestiones de caridad que les son muy afectas. Capitalista no es el que quiere, sino el que puede. Y nosotros, ya se ve, no podemos. Un quiero y no puedo. Sólo somos capitalistas locales; y sólo somos ricos a costa del paro. Pero la venta que Felipe hizo honradamente, creyendo que lo que dábamos valía menos de lo que recibíamos, la está prolongando Aznar. No creo que valga ya políticamente la costumbre de atacar al pasado: estas huelgas, estas manifestaciones, estos sustos, estas amenazas, son suyos.

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