Chistes, angustias e Internet
Los humoristas de televisión han encontrado un filon en el 'escándalo Lewinsky"
."Woody Allen se encuentra con Bill Clinton y le dice: 'Presidente, ¿no podrías preguntarle a Monica si tiene una hermana menor?". El chiste, nacido ayer, ya será viejo hoy. Los caricaturistas de los periódicos y los presentadores de los talk shows nocturnos de Estados Unidos han encontrado un filón inagotable en el escándalo Lewinsky, y Jay Leno, de la NBC, está marcando la pauta.
Hace un par de años, Hillary Clinton escribió un libro sobre la infancia titulado Hace falta una aldea (It takes a village). Pues bien, según Leno: "Ahora ya entendemos ese título. Lo que Hillary quería decir es: 'Hace falta una aldea entera para mantener vigilado a rni marido". Leno también cree que el vicepresidente y sucesor constitucional, Al Gore, está "a un orgasmo más de Clinton de alcanzar la Casa Blanca".
Hasta las informaciones que hace unos días hubieran parecido graves suenan ahora a chiste. The Washington Post dedicaba ayer una columna de su primera página -el escándalo Lewinsky ocupaba las cinco restantes- a la siguiente noticia: "Se acerca la decisión de castigar a Irak. Los consejeros de Clinton se inclinan por un ataque para forzar el cumplimiento de las resoluciones de la ONU".
Washington sonrió de inmediato. Lo de Irak sonaba demasiado a Wag the dog, la comedia política recién estrenada en EE UU. En ese filme, un presidente en apuros personales en vísperas de unas elecciones a causa de su relación con una joven es salvado por un fontanero de la Casa Blanca encarnado por Robert de Niro. A De Niro no se le ocurre otra cosa que distraer la atención montando una guerra falsa, para lo cual contrata a un productor cinematográfico de Hollywood interpretado por Dustin Hoffman. En cuestión de horas, De Niro y Hoffman organizan un conflicto con ¡Albania!
El escándalo, por supuesto, también provoca serías inquietudes en EE UU. Y no sólo políticas, sino también domésticas. Una de las más tratadas- en los medios de comunicación es la de cómo abordarlo con los niños. Los pequeños escuchan cada dos por tres en la tele o en las conversaciones de sus mayores las palabras sexo", "felación.", "semen" o adulterio" relacionadas con el presidente, una figura que se les ha enseñado a identificar con un héroe. "¿Qué es semen?", preguntan. La directora de informativos del canal infantil Nickelodeon recomendó ayer: "Hay que responder a los interrogantes de los niños con franqueza y delicadeza, pero sin ir más allá de lo que están preguntando explícitamente".
Desde el miércoles, los medios políticos y periodísticos de la cap¡tal hierven, y con soterrado regocijo. En 1997 se repitió hasta la saciedad el comentario de que los acontecimientos de Washington ya no interesaban al público norteamericano. Era verdad entonces: ni las noticias nacionales ni muchos menos las internacionales generadas en la capital atraían la atención de un país en paz, con una. economía floreciente y en plena revolución informática.
"Pero Washington", dice Marc Fisher, reportero de The Washington Post, "vuelve a ser noticia, la gran noticia, y de un modo como no lo era desde lo del Watergate". El miércoles, Peter Jennings, Ted Koppel, Dan Rather y las demás estrellas de las televisiones norteamericanas que se habían desplazado a La Habana para cubrir la visita papal regresaron urgentemente a Washington.
Y es que de los muchos escándalos que han sacudido su presidencia, éste es el que sitúa a Clinton más cerca del impeachment o proceso legislativo de destitución del presidente. Toca dos temas tabú en la moral puritana de EEUU: el sexo en el lugar de trabajo y la mentira ante la justicia.
Haya o no destitución o dimisión del presidente, la historia recordará que este asunto situó a la información difundida por Internet en primera fila del periodismo.
El escándalo fue difundido en primer lugar por un web site especializado en cotilleos -The Drug de Report-, y luego el grupo deprensa presididi por KatharineGraham, el que forzó la dimisiónde Nixon por el Watergate, seconvirtió a la nueva fe.
El martes por la noche, The Washington Post colocó en su edición electrónica su primera información sobre el asunto, horas antes de que llegaran a los quioscos sus ejemplares impresos. El miércoles por la noche, Newsweek difundió en Internet su exclusiva sobre el contenido de las cintas, días antes de la aparición de la revista. Cientos de foros electrónicos de información y discusión sobre el tema han colocado la temperatura de la red al borde de la ebullición.
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