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REBELIÓN EN LA FISCALÍA

La ministra de Justicia respalda a Cardenal y carga contra los fiscales que la criticaron

La ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante, respaldó ayer públicamente al fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, en su contencioso con las asociaciones de fiscales. Éstas le acusan de haberles amenazado con la apertura de expedientes si continuaban con sus críticas. Cardenal lo ha negado, Mariscal le ha creído y ha calificado de inciertas" las imputaciones de los colectivos de fiscales. Es más: pidió al, fiscal del Estado que abra una investigación para esclarecer los hechos "a la mayor brevedad y con todos los medios legales a su alcance". Las asociaciones han reiterado que la reprimenda de Cardenal tiene carácter amenazante y sostienen que el fiscal general, cuya destitución han exigido, "no dice toda la verdad".

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Mariscal compareció ayer en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros por el "interés informativo" que ha despertado este "serio conflicto". Su intervención fue una clara defensa de Cardenal, cuya credibilidad no cuestionó. La ministra reveló que habló con el fiscal general la noche del jueves, y éste le aseguró que no había amenazado a las asociaciones de fiscales y que el contenido del comunicado de éstas era "en términos generales incierto". "Lo único que está acreditado es que él no dio esas instrucciones", dijo la ministra."En ningún momento el fiscal del Estado intentó coartar la libertad de expresión de nadie, sino que es un firme defensor de la misma, como demuestra el hecho de que durante su mandato haya recibido críticas sin haber efectuado reproche alguno por ellas", insistió Mariscal, quien negó, en consecuencia, que el Gobierno se haya planteado la dimisión de Cardenal, tal y como han pedido el PSOE e IU. La ministra remachó: "Cardenal es muy buen fiscal general del Estado".

Mariscal anunció que ha encargado al fiscal del Estado que abra una investigación para "aclarar cuanto antes lo ocurrido" y que "se conozca qué parte es verdad y qué parte no se ajusta a la realidad". Reconoció que no había hablado con el fiscal jefe de la Inspección, Juan José Martínez Zato, pero señaló que éste había manifestado que "no se había pronunciado como señalaba el comunicado de los fiscales". A renglón seguido, se preguntó: "Si no ha ocurrido nada ¿por qué se produce un comunicado de esa naturaleza?. Le he pedido al fiscal general del Estado que actúe con todos los medios legales a su alcance para esclarecer los hechos".

Excedieron la "sana crítica"

A su vez, Jesús Cardenal defendió ayer también en rueda de prensa a la ministra, y afirmó que las declaraciones de los portavoces de los fiscales contra Mariscal y contra él mismo fueron "muy fuertes", y excedieron las reglas de la sana crítica". El fiscal general aseguró que no piensa dimitir, porque las asociaciones "no representan a toda la carrera, sino a una tercera o una cuarta parte de los 1.400 fiscales que hay".Cardenal reconoció haber ordenado al jefe de la Inspección, Martínez Zato, que transmitiese a los portavoces de las asociaciones su "enfado, contrariedad y preocupación" por las críticas al Gobierno y a él mismo, pero insistió en que no pretendió "amenazar ni coaccionar".

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Sin embargo, el fiscal general se contradijo cuando fue preguntado si ordenó a Martínez Zato "poner firmes" a los fiscales. Primero, lo negó de plano: "No; eso no se ajusta a la realidad", dijo, y trató de evadirse leyendo unas declaraciones de Martínez Zato en las que éste negaba haber hablado con los portavoces de "expedientes". Pero preguntado nuevamente sobre si había hablado de "poner firmes" a los fiscales, contestó: "No me acuerdo".

Martínez Zato, por el contrario, declaró a Efe que fue ésa la expresión del fiscal general: "Me encargó que les llamara y les pusiera firmes. Yo cumplí el encargo del fiscal general, no poniéndoles firmes, pues yo no llevo gorra de plato ni ellos son sargentos, pero les transmití el mensaje".

Cardenal, que eludió entrar en los términos concretos de sus órdenes a Zato, admitió haberle comentado a éste que ante las críticas de los fiscales al Gobierno "había llegado el momento de decir algo", porque no podía "permanecer impasible leyendo esas declaraciones". También sugirió que pudo haber "una mala transmisión" de sus intenciones por parte de Martínez Zato. Pero cuando se le preguntó por qué no se dirigió él personalmente a los portavoces de las asociaciones, sólo respondió que había considerado que eso era "lo procedente".

Los representantes de los fiscales, Miguel Colmenero -Asociación de Fiscales (AF, conservadora)- y Carlos Castresana -Unión Progresista de Fiscales (UPF)-, descartaron que hubiera un malentendido en el mensaje. Preguntados sobre si Zato había hablado de expedientes, Colmenero contestó que no podían reproducir textualmente la conversación con Zato, pero que "no hace falta ser especialmente inteligente para darse cuenta de que se puede abrir un expediente en el futuro". "Hubo un toque del fiscal general a través del inspector, que es al que se encargan los expedientes. El mensaje fue inequívoco y muy claro", añadió.

Ajustado a la realidad

Colmenero, portavoz de la asociación a la que pertenece Cardenal y rival de la UPF, a la que pertenece Zato, dejó claro, sin embargo, que daba crédito a la versión de este último. "Lo que Zato me transmite se ajusta a la realidad, porque la dinámica de los acontecimientos me hace concluir que es así". Agregó que en la tarde del jueves llamó por teléfono a Cardenal, "el cual no me desmintió las palabras de Zato, aunque me aseguró que no tuvo una intención real de amenazar ni de abrir expediente". En opinión de Colmenero, el comunicado del fiscal general "no dice toda la verdad".Colmenero y Castresana reiteraron su petición de cese por considerar que Cardenal "no es la persona idónea para ese cargo en una sociedad democrática". El portavoz de la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura, José Luis Requero, apuntó a Martínez Zato como responsable de lo sucedido, con el argumento de que "es un hombre próximo al PSOE y no sabemos si se ha extralimitado o ha encizañado". Jueces para la Democracia exigió la destitución de Cardenal por su "talante antidemocrático".

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