Crisis nueva
La debilidad del dólar estadounidense, como consecuencia de los problemas políticos del presidente Clinton, ha tomado el relevo de la inconclusa crisis asiática, con el resultado de un recorte generalizado en los mercados de valores y divisas. La respuesta de las bolsas ha sido mucho más suave que la del dólar, pero ha conseguido minar la fe en un proceso alcista que parecía no tener fin. La Bolsa de Nueva York se orientó enseguida a la baja, lo que suponía el tercer descenso de la semana y una llamada de atención al conjunto de los mercados.La contratación volvió a superar los 110.000 millones de pesetas, pero porque la salida de papel obligó a realizar esfuerzos mayores que en las jornadas previas. La coincidencia del fin de semana con el incremento de los problemas internos en la Casa Blanca animó a los inversores a forzar la retirada de beneficios, sin esperar a las fechas clave que todos tenían como meta.
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