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Entrevista:Manuel MarínVicepresidente de la Comisión Europea

"Argelia ha hecho esfuerzos democratizadores"

Xavier Vidal-Folch

Manuel Marín (Ciudad Real, 1949), vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de su política mediterránea, viaja mañana mismo a Argel formando parte de la troika. Con prudencia, reconoce los avances hacia la democratización del régimen y considera que Argelia no se convertirá en una reedición del drama bosnio.Con un pie en Argelia y otro en Oriente Próximo, Marín ha replanteado la estrategia de la Unión Europea (UE), pues los boicoteos israelíes esterilizan la ayuda a Palestina. Insta al Gobierno de Benjamín Netanyahu a que cambie su actitud para sortear la parálisis, apoya al presidente Bill Clinton como "el único que puede salvar el proceso de paz" y reclama la presencia europea en todos los foros de negociación.

Pregunta. ¿Por qué se ha producido tanta confusión en tomo al envío de la troika a Argelia?

Respuesta. Es probable que haya habido un malentendido sobre la presentación hecha por la UE, pero ha sido corregido rápidamente. Mañana emprendemos ese nuevo diálogo con las autoridades argelinas. Hay que apreciar la actitud del Gobierno de Argel, ya que tras el Consejo de Ministros comunitario de noviembre, que debatió el asunto, exhibió un rechazo total calificando sus conclusiones de injerencia inaceptable en asuntos internos. De ahí ha pasado a aceptar el diálogo, aunque haya habido problemas sobre el nivel de interlocución. El diálogo deberá realizarse con mucha discreción, habrá que ver cómo la UE puede coadyuvar a mejorar la situación interna de los argelinos.

P. Con 60.000 muertes violentas desde el golpe de Estado, ¿acaso no amenaza Argelia con convertirse en una nueva Bosnia?

R. Creo que no. Las raíces de la violencia son distintas. Además, hay que aceptar algo que a veces cuesta trabajo. Hay que reconocer que el presidente Zerual y su Gobierno han realizado esfuerzos muy considerables en pro de la normalización democrática, celebrando elecciones presidenciales, parlamentarias y municipales...

P. Pero han recibido acusaciones de fraude electoral.

R. Han tenido imperfecciones, sí. Pero globalmente las elecciones han respondido a criterios de fiabilidad internacional. Lo más importante ha sido el alto grado de participación ciudadana, siempre superior al 60%. Y eso que se presumía que el acto de votar implicaba posibilidades de represalia.

P. Algunos imputan al régimen connivencia con las matanzas.

R. Tengo la convicción de que no es así.

P. ¿Qué soluciones hay contra la violencia en ascenso?

R. Era inimaginable la naturaleza bestial del GIA islámico u otros grupos que están cometiendo estas atrocidades. Lo hemos descubierto este Ramadán. Para cualquier solución futura es bueno que la UE reanude el diálogo con Argelia. La visita de la troika es un paso muy importante: permitirá explorar la posibilidad de otros nuevosP. Usted ha cogido esta semana el toro de Oriente Próximo por los cuernos. Ha replanteado la estrategia de la UE en la zona porque en lo económico ha cosechado "un fracaso". Eso es fuerte.R. Sí, fracaso económico, aunque éxito político, porque hemos ayudado a mantener vivo el proceso de paz. Hemos empleado en Palestina la friolera de 270.000 millones de pesetas en cinco años, dedicados a 1,5 millones de personas. Es la ayuda per cápita más grande que jamás ha dado la UE. Pero el enorme esfuerzo internacional, y sobre todo nuestro -porque el contribuyente europeo corre con el 54% del total-, no ha dado el fruto económico que se esperaba. La economía palestina no ha despegado. No sólo eso: el PIB por habitante se ha reducido en más de un tercio, la inversión privada a una cuarta parte, y el paro se ha doblado desde que empezó el proceso de paz.

P. Entonces, ¿tiene lógica seguir insistiendo?

R. Es que el esfuerzo no ha sido vano. Políticamente ha sido muy útil. Gracias a esté apoyo, en los momentos más dramáticos se ha evitado el colapso del proceso de paz y de la sociedad palestina. Pero eso no oculta que en téminos de desarrollo económico, no ha producido resultados, y no puede producirlos mientras no cambien la forma y el contenido del proceso de paz entre israelíes y palestinos. El problema es que el programa termina este año. Debemos plantear un debate fundamental en la UE: si se debe prorrogar por razones políticas, habrá que hacerlo en otras condiciones. ¿Es posible hacerlo si el proceso de paz continúa en su estado actual? Mi posición es que a pesar del esfuerzo de convergencia para la unión Monetaria, de la austeridad presupuestaria comunitaria y de los Estados miembros, habría que proseguir. Pero bajo otras condiciones.

P. ¿Cuáles?

R. Eliminar las causas profundas que han impedido los resultados económicos previstos.

P. ¿Cuáles?

R. La principal es la actitud del Gobierno de Netanyahu, que no permite sobrevivir a la economía palestina, que la ha estrangulado. Olvida que el desarrollo económico palestino es también un factor fundamental para la seguridad de Israel.

P. Pues su último plan sobre el estricto control futuro de Cisjordania todavía va más allá.

R. La definición de las condiciones del Gobierno de Netanyahu con vistas a su reunión del miércoles con el presidente de EE UU me deja perplejo. Ojalá sea algo solamente táctico. Mire, durante años he gestionado el programa de cooperación en silencio franciscano. Pero mi deber ahora es decir que ese plan de Netanyahu, hace inviable cualquier modelo de cooperación económica para Palestina. Sometidos a cierre permanente, aislados del mundo exterior, dependiendo sólo de la ayuda internacional, los palestinos se encontrarán en una especie de bantustán, caerán en la desesperanza y quizá en manos de los elementos más peligrosos de esa sociedad, que los hay.

P. ¿Qué puede esperarse de las inminentes reuniones de Clinton con Netanyaju y Arafat?

R. La intervención del presidente Clinton es decisiva. Nuestra posición es ayudar al máximo a la diplomacia norteamericana para que convenza a los dos interlocutores de que el proceso de paz debe retomarse sobre criterios de racionalidad. Primero, la defensa de la seguridad israelí: la Autoridad Palestina debe responder a ese principio de manera contundente; segundo, Israel debe aplicar lo que aceptó en Oslo, y tercero, ambas partes, con el apoyo de la comunidad internacional, debemos poner en marcha todo el sistema de cooperación internacional. En caso contrario, volveremos al fracaso.

P. ¿De qué argumentos y armas de presión dispone la UE para convencer a las partes?

R. Los hay. Y muchos. Conviene un diálogo con EE UU, país que desempeña un papel determinante, porque sin él no habrá proceso de paz, para establecer cuáles son los instrumentos de persuasión y los elementos de presión que permitan hacer ver al Gobierno de Israel que su actitud no es razonable.

P. ¿Romper el acuerdo euro-israelí?

R. No soy partidario de ningún tipo de amenaza. Pero la combinación de esfuerzos de EE UU-UE sería muy útil.

P. Los acuerdos de Camp David otorgan anualmente medio billón de pesetas a Israel, sobre todo en cobertura logística y militar. Más de la Mitad de su economía depende del comercio con la UE. ¿Por qué no presionan con eso?

R. Insisto, no soy partidario de amenazas.

¿Qué espera, de...?

Pregunta. ¿Qué espera de Israel?Respuesta. Que respete los compromisos firmados con la Autoridad Palestina por el Estado de Israel, no por el Gobierno laborista de Isaac Rabin y Simón Peres. Los pactos deben cumplirse. Si se admitiera que un Gobierno posterior puede orillarlos, volveríamos a la ley de la selva.

P. ¿De EE UU?

R. Que el presidente Clinton salve el proceso de paz; es el único que puede hacerlo y hay que apoyarle totalmente.

P. ¿De los países árabes?

R. Que si el proceso de paz se reconduce, reconsideren la decisión de agosto de la Liga Árabe, que decretó el boicoteo primario a Israel.

F. ¿De Netanyahu?

R. Que se dé cuenta de que sólo respetando los acuerdos de paz obtendrá el reconocimiento internacional. Es falso que desde el Likud resulte imposible hacer la paz. En el Likud ha habido estadistas como Menáhem Beguin, que fue capaz de hacer los acuerdos de Camp David.

P. ¿De Arafat?

R. La Autoridad Palestina debe hacer un esfuerzo en materia de seguridad.

"Europa debe ir al consejo de administración de Oriente Próximo"

BruselasPregunta. La Comisión pide que la UE participe como socia en todos los foros sobre Oriente Próximo.

Respuesta. El liderazgo de EE UU es fundamental, nadie lo discute. Ahora bien, en la UE entendemos que nuestro papel debería ser mucho más activo, porque podemos aportar elementos que pueden ayudar a EE UU a manejar esta situación. Todos deben reflexionar sobre lo que supone el papel complementario de Europa en el proceso de paz, sobre todo cuando tenemos la responsabilidad de proporcionar y gestionar el 54% del apoyo económico. En términos de empresa privada, ¿es lógico que el principal accionista de la empresa esté fuera del consejo de administración? No lo es.

P. No gusta a Washington.

R. Sé que hasta ahora ha habido reticencias. Pero tampoco se puede pretender que durante los próximos cinco años hagamos un esfuerzo financiero equivalente al de los últimos en estas mismas condiciones. Si se nos pide que lo prolonguemos para salvar el proceso de paz, en mi opinión la UE no puede quedarse fuera, como elemento complementario ocasional al que sólo se llama cuando la situación financiera es desesperada y hay que tomar decisiones políticas que solventan el dramatismo de un momento pero desvirtúan el programa de cooperación a largo plazo.

P. EE UU pensará que Europa seguirá igual, para no dejar hundidos a los palestinos.

R. Quizá para otros contribuyentes, que sufren un menor coste, esto no es un problema. Pero para Europa, que paga la mitad de la factura, sí lo es. Para nuestro prestigio e influencia.

P. La cooperación multinacional en proyectos de infraestructuras regionales está moribunda; el proceso euromediterráneo, bloqueado.

R. O se insufla nueva credibilidad al proceso de paz o la cooperación multinacional no funcionará: ¡ningún país se ha presentado como candidato a ser la sede del programa MENA para atraer inversión privada! El parón del proceso de paz contamina al proceso euromediterráneo, un interés vital de la UE, una de sus políticas más ambiciosas. Yugula nuestras relaciones con la zona mediterránea. Estamos en alerta roja. En Malta la salvamos a duras penas. Ahora ya no podemos organizar las conferencias ministeriales sectoriales previstas. Por eso proponemos una reunión de ministros de Exteriores de la UE y sus socios mediterráneos, para impulsar el proceso de Barcelona.

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