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Los parados franceses orientan sus protestas contra los empresarios

, El movimiento de parados francés se mostró ayer decidido a dirigir su protesta contra las organizaciones empresariales "para parar así la ofensiva patronal contra el proyecto de la semana laboral de 35 horas". El giro de timón, auspiciado visiblemente por la central comunista CGT -presente en el movimiento desde el principio-, fue incorporado al comunicado con el que las asociaciones de parados se felicitaron del éxito cosechado en las manifestaciones del martes y convocaron formalmente a una nueva "jornada de acción" este sábado.

"Frente a la arrogancia de la patronal, al silencio de la Unedic [organismo que gestiona el pago del subsidio de desempleo] y a la ausencia de nuevas propuestas del Gobierno, debemos proseguir la dinámica emprendida", proclamaron las cuatro principales asociaciones.La reorientación de esa dinámica, que no supone abandonar la presión sobre el Ejecutivo, fue subrayada de forma más expresa por el representante de la CGT, François Desanti, quien indicó que "el objetivo actual es extender el movimiento de protesta de los parados hacia la aplicación inmediata de las 35 horas en las empresas". Desanti dijo, incluso, que el movimiento "no es un obstáculo para el Gobierno, sino una oportunidad, en la medida en que le permite apoyarse en él para luchar contra la ofensiva de las 35 horas".

Sin abandonar las reivindicaciones marcadas: aumento de los subsidios mínimos y ayudas a los parados menores de 25 años, las asociaciones de desempleados subrayaron su coincidencia de intereses con los asalariados en el objetivo de la semana laboral de las 35 horas. "Hay puntos de encuentro con los asalariados", indicó el representante de una de las asociaciones, APEIS, "ambos necesitamos movimientos sociales fuertes que obliguen a moverse al Gobierno y a la patronal".

Además de instalarse en la sede de la Unión Patronal en La Moselle (Metz), los parados organizados ocuparon ayer varios de locales públicos e intentaron hacer lo propio en las oficinas de desempleo, dando lugar a la intervención policial y reabriendo la polémica que enfrenta al Partido Comunista y a los verdes con sus aliados gubernamentales, los socialistas. "Los CRS [antidisturbios policiales] no son precisamente los mejores mediadores de los conflictos", advirtieron los dirigentes comunistas. La portavoz gubernamental subrayó que los empresarios "deben tomar su responsabilidad frente al reto de luchar contra el paro".

La reorientación de la protesta traslada efectivamente a la patronal y a la derecha buena parte de la presión que ha soportado el Gobierno del primer ministro Lionel Jospin, pero no parece que los socialistas compartan precisamente la teoría, defendida por parte de sus socios, de que, en última instancia, estas dinámicas sociales favorezcan al Ejecutivo.

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