"Yo acuso", cien años después
Francia revive el debate sobre justicia y manipulación en el aniversario del histórico artículo de Zola
, Francia conmemora el centenario del más trascendental artículo de prensa, el J'accuse ("Yo acuso") del Emile Zola, con un despliegue de iniciativas, debates y declaraciones destinadas a renovar el compromiso de los intelectuales con la verdad y a actualizar los valores de la justicia y el derecho. A partir de este martes, los escolares franceses incorporaran a su materia escolar un estudio encargado por el Ministerio de Educación al abogado e historiador Jean-Denis Bredin que describe el seísmo político provocado en el momento por el célebre artículo y sus efectos posteriores en el asentamiento de la concepción democrática.
Para la prensa esta es una ocasión propicia para preguntarse si la palabra escrita conserva hoy el poder disuasorio, el efecto determinante del pasado, si hay hoy émiles zolas dispuestos a desafiar la cárcel y el descrédito, si siguen existiendo los casos Dreyfus y si en pleno apogeo mediático llega a cumplirse el aserto del valiente escritor: "La verdad está en marcha y nada la parará".
Una gigantesta reproducción, 150 metros cuadrados, de la carta abierta al presidente de la República que Émile Zola publicó el 13 de enero de 1898 en el diario L'Aurore en defensa de Alfred Dreyfus, el capitán del Ejército acusado falsamente de traición por su condición de judío, cuelga desde el sábado en una fachada de la Asamblea Nacional francesa. El escrito, que actuó de revulsivo intelectual y político frente a la tutela militar de la justicia, frente a la instrumentalización de la verdad al servicio de supuestos intereses superiores, está siendo profusamente reeditado, en una prueba más de que aquella denuncia histórica no ha perdido actualidad.
"Medio siglo después del régimen de Vichy [cómplice de los nazis], sabemos que las fuerzas oscuras, la intolerancia y la injusticia pueden llegar hasta la cima del Estado", ha dicho el presidente de la República, Jacques Chirac. "Pero sabemos también", añadió, "que Francia sabe reencontrarse para lo mejor, en los momentos de ¡a verdad, grande, fuerte, unida y vigilante".
Chirac ha transmitido formalmente a los descendientes de Émile Zola y Alfred Dreyfus "el reconocimiento de Francia" por "haber dado todo su sentido a los valores de la libertad, la dignidad y la justicia". Según indica en la carta remitida a los descendientes, el caso Dreyfús es "una mancha oscura", "un colosal error judicial y una vergonzosa complicidad del Estado".
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