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Treinta encapuchados hieren a un "ertzaina" tras una emboscada en la calle principal de Gernika

Fue una emboscada perfectamente planificada. Los agresores esperaron a que una patrulla de la Ertzaintza llegase a donde previamente habían hecho arder varios contenedores. Entonces la rodearon y lanzaron al menos 15 artefactos incendiarios. El resultado: un coche de la policía vasca semicalcinado y un agente herido leve. Esta vez el escenario de la kale borroka (violencia callejera) fue la localidad vizcaína de Gernika. Hacia las 23.10 del sábado, una treintena de jóvenes encapuchados tomó la calle principal de la villa foral, Juan Kalzada, justamente en la zona de copas que se abarrota todos los fines de semana.

"Venían con botellas y cohetes grandes, como una horda. Al principio, como todos los sábados la calle suele estar llena y hay problemas para pasar con el coche, pensamos que se trataba de algunos graciosos. Pero luego vimos que eran encapuchados. Tuvimos que pasar por encima de una de las vallas que habían puesto de barricada. Los que venían por detrás ya no pudieron pasar", relatan dos jóvenes que pasaban en coche por allí.La primera acción de los radicales fue cortar la calle atravesando dos coches. Después, lo de siempre: el vuelco de contenedores y su quema. Sin embargo, la kale borroka no se quedó ahí y los agresores esperaron a la Policía. "Estaban en mitad de la calle, con una tranquilidad que asustaba. ¿Y qué podías hacer? Aunque había mucha gente en la calle, cualquiera se metía con 30 encapuchados con cócteles mólotov", comenta un vecino de Gernika.

La Ertzaintza, que tiene una comisaría a 300 metros del lugar donde se desarrollaba la algarada, recibió varias llamadas informándole de lo que sucedía y un coche-patrulla, con dos ertzainas, acudió. Nada más llegar, desde distintas calles adyacentes salieron más jóvenes organizados en pequeños grupos y comenzó la "lluvia" de cócteles mólotov contra el vehículo policial. Precisamente en la mañana de ayer, efectivos de la Ertzaintza localizaron en el tejado de unas chabolas situadas en la calle de Esteban Zabala de Gernika un total de 45 cohetes, varios con puntas de clavo de acero, y varios cócteles mólotov, según confirmó a Europa Press un portavoz del Departamento de Interior.

Los agentes lograron salir del coche, que quedó parcialmente quemado, aunque uno sufrió heridas de carácter leve en un pie, una mano y la cara. Fue atendido en el ambulatorio local.

Los incidentes habían comenzado a primera hora de la madrugada con la quema y rotura de los cajeros automáticos de las entidades bancarias de Caja Laboral, Caja Rural y el BBV en la misma calle Juan Kalzada. Ninguno de los agresores pudo ser detenido. Testigos presenciales afirmaron que entre ellos había vecinos de Gernika. Fuentes policiales dieron credibilidad a este dato, "ya que estos actos suelen contar con la colaboración de gente del municipio, que indica por donde hay que moverse y huir".

Éste es el segundo incidente protagonizado por jóvenes radicales en seis meses en Gernika. El anterior se produjo en las fiestas patronales de agosto cuando un vecino que se enfrentó a los encapuchados sufrió quemaduras de consideración tras recibir el impacto de un cóctel mólotov. Hasta entonces esta villa apenas había sufrido estos ataques.

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La violencia callejera volvió a aparecer este fin de semana en Guipúzcoa con la quema de dos vehículos en Andoain, uno de ellos propiedad de un concejal del PNV, y de dos cajeros de la Kutxa en Pasaia y en el barrio donostiarra de Añorga.

El concejal nacionalista Mikel Arregi, cuyo vehículo fue calcinado de madrugada, comentó que para él lo más duro es, asistir a reuniones y plenos en el Ayuntamiento" sentándose con gente que sabe que apoya este tipo de acciones. "Eso es lo realmente duro".

Pasto de las llamas

El vehículo particular de Arregi fue pasto de las llamas ayer, a las cinco menos cuarto de la manana, cuando unos desconocidos rompieron las lunas con una tapa del alcantarillado y arrojaron líquido inflamable al interior y le prendieron fuego. El turismo ardió rápidamente, propagándose las llamas a dos más, uno que quedó también calcinado y otro que registró desperfectos de escasa consideración.Los efectos de la estrategia de violencia callejera también se dejaron sentir en San Sebastián y Pasaia. En la primera localidad, pasada la medianoche, unos desconocidos rociaron con gasolina la entrada de la sucursal de la Kutxa en el barrio de Añorga y causó cuantiosos daños materiales. Los bomberos sofocaron el incendio del cajero y localizaron un bidón de 20 litros para gasolina. Una hora más tarde, fue incendiado otro cajero de esa entidad en Pasaia.

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