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Un conflicto sin fin

Los mineros de Hunosa y Figaredo prosiguen en huelga para exigir al Gobierno que cumpla lo pactado

"Ya ta armá". Esta frase ha sido algo más que una consigna. En los últimos 20 años fue la expresión con la que los mineros asturianos anunciaban el abandono de los pozos, el cierre -de los lavaderos y el bloqueo de las bocaminas para emprender la movilización en la calle en defensa de sus puestos de trabajo.Diez mil de los 15.000 mineros asturianos (los pertenecientes a las empresas hulleras de propiedad estatal: Hunosa y Minas de Figaredo) están de nuevo en huelga. Pero esta vez no tratan de impedir un nuevo sacrificio de empleos. Con la paralización de los centros de trabajo, que comenzó el 26 de diciembre, los mineros pretenden obligar al Gobierno a que cumpla la reducción de plantilla y de producción para el periodo 1998-2001 en los términos y condiciones pactados en mayo pasado,y formalizados el 15 de julio, entre el Ministerio de Industria, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y las organizaciones sindicales, sin que se introduzcan recortes más severos de actividad y de puestos de trabajo, tal y como pretende la Unión Europea, cuyos responsables en materia energética consideran insuficientes los ajustes comprometidos para las compañías mineras asturianas de titularidad estatal.

El acuerdo suscrito entre el Ministerio de Industria y los sindicatos -al cabo de 10 meses de negociación, en los que los mineros asturianos, a diferencia de los de Castilla y León, mantuvieron la paz social y la normalidad laboral-, prevé para las dos empresas públicas del carbón la supresión en los próximos cuatro años, mediante prejubilaciones, de 4.000 de sus 10.000 empleos actuales, de los que 9.300 corresponden a Hunosa, y 700 a Minas de Figaredo.

Este nuevo ajuste se vena parcialmente compensado, de acuerdo con lo pactado, con la contratación de 1.060 nuevos trabajadores, con lo que la plantilla a fines del 2001 sería de 7.000 mineros., La producción habría de reducirse en ese mismo periodo de los 2,5 millones de toneladas actuales a 2,1 millones. Para ello se cerrarían todas las explotaciones a cielo abierto, así como los pozos Tres Amigos y Samuño, pero éstos no antes de que hayan agotado total mente sus reservas.

Lo que se plantea ahora desde Bruselas es una disminución adicional de la producción de otras 600.000 toneladas más -lo que los sindicatos interpretan como la exigencia implícita de un mayor recorte de plantilla- y la renuncia a contratar los 1.060 nuevos mineros que contempla el acuerdo. Además, la UE demanda el cierre del pozo Lieres, de León.

Destacados miembros del Gobierno -caso del vicepresidente primero, Francisco Álvarez Cascos-, así como del Ministerio de Industria, de la SEPI y de la dirección de Hunosa y Figaredo han expresado su firme propósito de defender ante Bruselas el plan de reducción de actividad minera en los términos negociados con los sindicatos, pero tanto el SOMA-FIA-UGT como CC OO consideran garantía insuficiente ese compromiso de intenciones y exigen el cumplimiento escrupuloso e inmediato del plan acordado. sin modificaciones que lo endurezcan. En caso contrario, considerarán vulnerados los acuerdos y se agudizará, han dicho, la espiral de movilizaciones, con una radicalización de la conflictividad. El ministro de Industria, Josep Piqué, reiteró ayer, en declaraciones al diario El Comercio, que "el Gobierno asume y ratifica los acuerdos firmados" y que el plan de Hunosa va a ser defendido en Bruselas "de forma acorde con su filosofia". Hunosa, que nació con 26.300 mineros, ha reducido desde entonces su plantilla hasta los 9.300 actuales mediante la aplicación de sucesivos planes estratégicos. Estos recortes, acometidos fundamentalmente por los gobiernos socialistas (en 1983 Hunosa tenía aún 22.578 trabajadores) no han logrado sin embargo una reducción proporcional de sus pérdidas.Para este año se prevé un déficit de explotación de 61.054 millones de pesetas, a razón de 6,1 millonespor cada trabajador, con una facturación de 32.000, millones de pesetas. Sus costes de producción (unas 30.000 pesetas por tonelada frente a las 5.000 pesetas que cuesta cada tonelada de carbón importado) son los más elevados de la Unión Europea como consecuencia de las adversas características geológicas de sus yacimientos, la pobreza del mineral de hulla que pervive en sus criaderos, vetustez de las explotaciones y las cargas financieras de una empresa que ya nació en situación deficitaria y que jamás ha sido ni podrá ser nunca rentable en virtud de sus condicior namientos estructurales.

Pero Hunosa no es sólo un problema empresarial. Hulleras del Norte tiene una dimensión fundamentalmente socioeconómica que nadie ignora. En una región en declive industrial como Asturias, con todos sus sectores básicos en proceso de progresivo redimensionamiento, aún inacabado, los 30 centros de trabajo de Hunosa y Figaredo -de los que 12 son explotaciones de producción subterránea- constituye el pilar económico determinante de las cuencas hulleras del Caudal y del Nalón, en las que habitan 183.000 personas (el 16,71% de la población asturiana) y en algunos de cuyos municipios representa hasta el 80% del empleo.

Los sindicatos sostienen que la pretensión de la Unión Europea abocaría a Hunosa y Figaredo al cierre en un plazo de cuatro años porque una reducción tal de sus recursos humanos y de la producción haría inviable la mayoría de las explotaciones. Ello no haría sino confirmar los oscuros presagios del ministro de Industria, Josep Piqué, cuando en diciembre de 1996 aseguró que Hunosa cerraría en el año 2002, por más que. luego, a la vista de la virulenta reacción sindical, modificara sucesivamente el pronóstico, prorrogando el fin de la minería pública hasta el 2005, primero; el 2007, después y dejarlo finalmente en la indefinición más incierta.

Desde la Nochebuena pasada, los mineros de Hunosa y Figaredo sólo han acudido un día al tajo, y en las calles de Oviedo y en las carreteras y vías férreas de las cuencas han vuelto a verse las barricadas, el lanzamiento de petardos y los enfrentamientos virulentos entre mineros y fuerzas de orden público. Ha habido detenciones y contusionados. Hoy tampoco se restablecerá la normalidad. Será el noveno día de huelga. La negociación en Madrid no se reanudará hasta pasado mañana, aunque hoy y mañana proseguirán los contactos extraoficiales para intentar desbloquear la situación.

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