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45 quintos contra una gallina

Los vecinos de Villarejo defienden a los mozos multados por maltratar un ave hasta la muerte en una fiesta

F. Javier Barroso

, Una gallina regalada va a costarles a 45 quintos de Villarejo. de Salvanés (5.400 habitantes) mucho más de lo que nunca pensaron. Los jóvenes tendrán que desembolsar por esa ave a la que nunca llegaron a hincar el diente 5,4 millones de pesetas. Ésa es la multa que les ha impuesto a los 45 mozos una juez de Arganda por maltratar hasta la muerte al animal durante la semana dedicada a los quintos celebrada el pasado febrero. Ahora el caso se ha convertido en la comidilla de la localidad, muchos de cuyos vecinos se sienten indignados por un fallo que les tacha de poco amantes de los animales.

El proceso judicial se inició cuando un vecino denunció a los quintos por un supuesto hurto de cuatro gallinas de su corral. Era el tercer año que sufría un robo de este calibre. Para evitar el juicio, los padres de los quintos, según explicaron ayer varios habitantes del municipio, le ofrecieron 50.000 pesetas. El afectado las rechazó y continuó con su denuncia. Sus gallinas no se merecían menos. Los 48 acusados (tres han quedado absueltos porque se encontraban trabajando) negaron la mayoría de las acusaciones en la vista oral. Así, aunque reconocieron que entraron en varios corrales del municipio, rechazaron que se metieran en las propiedades del denunciante y que le robaran gallina alguna.

Por el contrario, los quintos contaron que como no habían encontrado ningún animal para comérselo en la fiesta, según manda la tradición, recurrieron al padre de uno de ellos, carnicero de profesión. Éste sacrificó cuatro ejemplares, a los que cortó la cabeza. Los mozos se comieron tres, y el cuarto, al sobrarles, lo ensartaron en un tronco de pino que izaron en la plaza de la iglesia. Allí lo dejaron cuatro días.

Durante la vista, la juez les preguntó sobre las cosas que hicieron con las gallinas. A uno de ellos, según varios asistentes al juicio, se le escapó que la mataron a patadas antes de subirla al pino y dejarla colgada durante cuatro días.

Ante estos testimonios, el pasado jueves, la juez dictó sentencia y les exoneró del hurto por el que habían sido denunciados, pero condenó a cada uno de los 45 quintos al pago de 120.000 pesetas por un delito consumado de maltrato a los animales.

La decisión judicial (contra la que cabe recurso) ha causado un gran revuelo en Villarejo. No se habla de otra cosa. Los vecinos consideran que el fallo exagera, ya que "en ningún momento se ha matado a animal alguno,". "Aquí no se ha hecho en la vida una cosa así. Poner una gallina muerta en un pino no es, de momento, ningún delito", puntualizó el teniente de alcalde, Julián Sacristán (IU).

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Los jóvenes acusados están indignados. Todos niegan los hechos que se les imputan. "El condenarnos a 60 días de arresto o al pago de 2.000 pesetas por cada jornada nos parece una cantidad excesiva. Las bromas de esa semana nos han salido muy caras. En la vista, la juez iba buscando nuestro error para condenarnos", dice Rafael Díaz, uno de los quintos sentenciados. Díaz, pese a sus críticas, no facilita la sentencia que le condena por la brutal acción.

Los vecinos, en defensa de los condenados, añaden que, durante la semana de los quintos, todos los males que suceden en el pueblo se les imputan a ellos. Así ocurrió cuando el año pasado, al tiempo que la gallina permanecía colgada en un palo sin que nadie la rescatase, fueron quemados en Villarejo una quincena de contenedores.

"Todos hemos pasado esa semana y hemos hecho muchas locuras. Ahora, me imagino que la gallina estaría muerta cuando la subieron al pino", señala el portavoz del PSOE, Carlos González Gutiérrez.

El arraigo de estas prácticas lleva a algunos a pensar que, pese a lo sucedido en Villarejo, los hechos juzgados tardarán en desaparecer.

Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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