Un cazador que perseguía una liebre halla un recién nacido en un vertedero de Murcia

Un cazador de Totana (Murcia) encontró el día de Año Nuevo a un bebé abandonado en un vertedero donde estaba persiguiendo una liebre a la que acababa de disparar. La criatura, que según los médicos sólo tenía unas seis horas de vida, tenía todavía el cordón umbilical y sufría una hipotermia causada por las bajas temperaturas. Ahora se recupera en el hospital Ra fael Méndez de Lorca y los médicos esperan que pueda abandonar la incubadora en las próximas horas. La Guardia Civil investiga para descubrir la identidad de la madre y las causas del abandono.

Andrés Crespo, un albañil de 28 años de edad, soltero y vecino de Totana, celebraba el primer día del año practicando su afición favorita: la caza. La búsqueda de las siempre escasas piezas le habían llevado hasta un paraje conocido como Las Lomas del Paretón, cerca del término de Mazarrón. Alrededor de las cinco de la tarde, con las últimas luces del di saltó la pieza buscada, una liebre. Le tiró y logró alcanzarla, pero no abatirla.La liebre siguió corriendo y se escondió entre unos matorrales en medio de un vertedero no reglado. Andrés Crespo empezó a buscar entre las matas su pieza, y cuál no sería su sorpresa cuando escuchó un extraño gemido. Se acercó al lugar de donde procedía el sonido, levantó unas planchas de material de uralita y allí encontró, dentro de una bolsa de plástico, al bebé. Tenía algunas manchas de sangre en el cuerpo y el cordón umbilical cortado y atado con un hilo grueso.

Su reacción instantánea fue salir corriendo después de comprobar que en los alrededores .no había nadie; si acaso -según declaró posteriormente a la Guardia Civil- vio a lo lejos un coche sin más datos al respecto.

Sorpresa y emoción

Andrés Crespo, todo lo deprisa que le permitieron sus piernas, volvió a casa a donde llegó gritando: "Un zagal, he encontrado un zagal, un zagal muy pequeño". Sus hermanas, Fina y Cesárea y su madre, Josefa Andreu no daban crédito a lo quedecía Andrés. Hasta que éste les explicó entrecortado su hallazgo, mientras llamaba por teléfono al cuartel de la Guardia Civil de Totana.La movilización fue instanánea, Andrés Crespo, con sus hermanas y madre, provistos de mantas, volvieron rápidamente al vertedero donde permanecía el bebé. Allí también se desplazó la Guardia, Civil y una ambulancia de Cruz Roja.

Tras las primeras atenciones, el bebé fue trasladado a un centro de salud de Totana, desde donde fue enviado al hospital comarcal Rafael Méndez de Lorca. El pediatra de guardia que le atendió, Santiago Alfayate, explicó ayer que el estado del bebé, en general, era satisfactorio. Después de realizarle un reconocimiento y una ecografía cerebral se comprobó que no presentaba ninguna dolencia ni fractura. Sólo una hipotermia causada por el frío.

Darle un nombre

El personal de guardia el día de Año Nuevo en el hospital lorquino se preocupó de darle un nombre. Y nada más apropiado que Manuel Jesús, en atención a la festividad del día. Los apellidos se los ha dado el Instituto de Servicios Sociales de la región de Murcia: Ríos Sánchez. Esta institución es la que legalmente se encargará a partir de ahora de su tutela.Manuel Jesús Ríos Sánchez paso su primer, día de vida en una incubadora y ayer por la tarde ya pudo ingerir un buen biberón.

Su ficha apunta que tiene una magnífica envergadura: mide 49 centímetros y pesa tres kilos ochocientos gramos. Su piel es basante morena. Nació con las primeras horas del año de 1998. No se sabe si fue el primer niño que nació en Murcia este año, pero sí que le debe la vida al salto de una liebre.

Según afirman los médicos, de no haber sido por la aparición del joven cazador, el niño hubiera fallecido con toda probabilidad debido a las bajas temperaturas y a las alimañas nocturnas que merodean por el vertedero, un lugar poco frecuentado por el público. Numerosas familias han manifestado ya su deseo de adoptar al pequeño.