Unionista armados desatan el terror en el Ulster

Dos pistoleros mataron la noche del 31 de diciembre a un hombre e hirieron a cinco personas, todas católicas, en un acto de violencia indiscriminada que pone en entredicho la efectividad del proceso de paz norirlandés. El ataque que ayer se atribuyó la Fuerza de Voluntarios Lealistas (FVL), grupo unionista opuesto al proceso de paz, que anunció que habrá más acciones en un intento de crear una nueva atmósfera de terror en la provincia -se produjo tres horas antes de finalizar el año en un abarrotado bar de Belfast. Para el Sinn Fein, el brazo político del IRA, este asesinato supone que el proceso de paz "está hecho-añicos". Otros líderes políticos y religiosos han pedido moderación.

La FVL dijo que su ataque pretendía vengar la muerte de su jefe y fundador, Billy Wright, abatido en la cárcel de Maze, próxima a Belfast, por tres extremistas del INLA (Ejército de Liberación Nacional de Irlanda), un grupo escindido del IRA. En. su comunicado, la FVL adelanta que este atentado "no es el fin" de sus acciones, lo que hace temer una escalada. Con el asesinado el día de Año Viejo son tres los muertos en Irlanda del Norte en cinco días.Esta última víctima, un católico de 31 años, murió alcanzado por una ráfaga de balas con que dos enmascarados rociaron a la clientela del Clifton Tavern, un bar de un barrio católico de Belfast. En la misma operación resultaron heridas cinco personas que ayer seguían hospitalizadas en diversos centros de la capital norirlandesa. "Si no podemos encontrar una alternativa a las armas y bombas para resolver cada problema, sólo tendremos dolor en los años venideros. La policía hará todo lo posible para llevar ante la justicia a los que amenazan la seguridad de esta sociedad", señaló ayer George Livingstone, responsable del Royal Ulster Constabulary (RUC), la policía de, Irlanda del Norte.

La técnica del rociado, según el argot paramilitar, consiste en disparar indiscriminadamente con metralletas o pistolas contra núcleos humanos a sabiendas de que alguna víctima caerá en la acción. La policía estima que ésta era la intención de los terroristas de la Fuerza de Voluntarios Lealistas que asesinaron el pasado sábado al portero de un hotel en el condado de Tyrone.

Como confirmó ayer mismo la FVL, ambos ataques forman parte de la campaña de represalia contra la muerte de Wright. Esa misma jornada, sus seguidores prometieron vengar su muerte "arnpliando el escenario de operaciones en las próximas semanas y meses" y ayer confirmaron que el ataque del miércoles no será el último que se viva en la provincia.

De confirmarse la intervención de la FVL, es de esperar la reacción inmediata del IRA y, con ello, el fin de las conversaciones políticas. Gerry Kelly, importante dirigente republicano del Sinn Fein, denunció ayer el "abominable ataque contra católicos inocentes" que "ha hecho añicos" el proceso de paz. Históricamente, la labor del IRA se orienta a poner fin a la dominación británica de Irlanda del Norte y a proteger a la minoría católica de ataques como el que tuvo lugar en el bar de Belfast.

En prevención de nuevos atentados, las fuerzas de seguridad, incluidos soldados del Ejército británico, ya intensificaron la semana pasada su vigilancia en áreas católicas. La amenaza de que las represalias por la muerte de Wright van a continuar y, según defendió lan Paisley, el radical político unionista que boicotea el proceso negociador, "son inevitables dadas las circunstancias sospechosas del asesinato"- hace temer"una vuelta a tiempos que se ansiaba estuvieran superados. Tanto Paisley como el principal partido unionista exigen una "investigación completa e independiente" del incidente que dejó al descubierto graves fallos en la seguridad de la prisión de Maze donde se concentran hasta 500 presos paramilitares, tanto republicanos como lealistas.

Diputados, líderes eclesiásticos y ministros británicos se sumaron ayer a las condenas del asesinato. Las negociaciones políticas deberían reanudarse el próximo día 12. La FVL y el INLA se oponen al proceso de paz y, a diferencia de los principales grupos paramilitares, nunca han respetado el alto el fuego.