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Acantonados en defensa de Barreras

Vigo reacciona contra la 'oscura' privatizacion de un astillero centenario

Barreras es una empresa emblemática en la ría de Vigo, que da beneficios y condiciona el desarrollo de los demás astilleros, de capital privado. El Ministerio de Industria ha anunciado su intención de vendérsela a una sociedad integrada por las navieras Odiel y Albacora y directivos del propio astillero. Los trabajadores se han echado a la calle con el respaldo ciudadano, incluida una moción del Ayuntamiento aprobada por aclamación, por considerar la operación "oscura y sin otra razón que la ideológica".

Astilleros Españoles perderá este año 20.000 millones de pesetas. Sólo tres de las ocho factorías del grupo (Astander, Barreras y Juliana) alcanzan el punto de equilibrio entre ventas y gastos.

El presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, Antonio Ramíro, defiende la privatización porque Barreras "nos ha costado a los españoles 12.000 millones en los últimos 10 años". El mismo argumento, pero para llegar a la conclusión contraria, subrayan los sindicatos y los partidos de la oposición. "No es una privatización, sino una venta escandalosa. Un robo a todos los que pagamos impuestos", señala el portavoz municipal del BNG, Lois Pérez Castrillo. "Después de meter 7.000 millones en tecnología y reajustes de plantilla, ahora quieren venderlo por 1.000 millones; no es racional".

Barreras va bien. Este año tendrá beneficios de 250 millones, según los sindicatos, o pérdidas de 150, según la SEPI, que incluye los costes del Plan Estratégico de Competitividad 1995-1998 por prejubilaciones y formación de 80 nuevos contratados. Tiene una cartera de pedidos superior a los 12.000 millones de pesetas para cada uno de los próximos tres años, más de lo que ha facturado en los anteriores.

Sacrificios

Los sindicatos atribuyen una buena parte de este éxito a los sacrificios y al régimen de colaboración con el equipo directivo que los trabajadores se han venido imponiendo. En 1976, cuando pasó al INI casi en quiebra, Barreras tenía 1.700 empleados. Ahora son 374, que quedarán en 355 después de 1998, una plantilla rejuvenecida y progresivamente, abaratada. A José Iglesias, presidente del comité de empresa, la situación le suscita "preocupación y rabia".Los compradores pagarán 750 millones de pesetas, más otros 450 en ampliar capital, con Caixavigo de avalista. No repartirán dividiendos en cinco años y mantendrán la plantilla.

La plantilla se encuentra en pie de guerra desde el pasado día 3. Asambleas, manifestaciones y cortes de tráfico se han convertido en habituales. Los trabajadores de Barreras se han propuesto recoger 17.000 firmas para que la Xunta se haga con el astillero por la vía parlamentaria. "Todos los gobiernos civilizados privatizan", les ha respondido ya Manuel Fraga.

Barreras se fundó hace 107 años, construyó su primer buque con casco de acero en 1927 y fabricó también motores díesel. En la década de los setenta llegó al borde de la quiebra, de la que fue rescatada por el INI en 1976. Un año después se segregó Motores Deutz, que cerró al cabo de otros tres. Un mal precedente.

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