Contra toda violencia
Una de estas noches pasadas dieron en Madrid una paliza a unos amigos míos. La escusa, según parece, es que uno llevaba una ikurriña dibujada en una camiseta (simpática, sin mensaje político) que compró como recuerdo de sus estancia en el País Vasco.Afortunadamente, todos están bien, pero los golpes, las navajas y los bates podrían haber sido suficientes para una desgracia más. Me comentaban que mientras les sacudían gritaban enloquecidos contra el terrorismo de ETA. ¿Curioso, verdad? ¿Cómo tal vez algunos pueden llegar a pensar que haciendo esto su vida ya tiene sentido, que luchan por algo y contra alguien?
La violencia no necesita motivos, somos las personas las que los necesitamos para justificar nuestra violencia. Yo me niego a aceptar que los símbolos sean lo importante, que lo sea una bandera o una matrícula de Madrid, y lo que, supuestamente, representan sea lo que nos valga de escusa. Me niego también a que la lengua o la historia sean en lo que alguien escude su odio, su frustración y su disfrute cuando causa daño a otros.
Que cada cual acepte su responsabilidad individual a las claras: soy violento, me gusta causar dolor, podrían decir.
Lo que ocurre es que los que quedamos en medio, los que espero seamos más, y que sufrimos esta violencia parecemos los débiles, cuando es todo lo contrario. Podríamos utilizar las mismas armas -la violencia es un recurso-, y aun así somos lo suficientemente sinceros como para admitir nuestros deseos de hacerlo, nuestra animalidad y, sin embargo, tomar el camino difícil. No por miedo ni por no disponer de recursos, es la seguridad en nosotros mismos y en que hacemos lo correcto.
Y no hablo de la seguridad amparada en un Estado, hablo de personas anónimas que dudan, como yo, cada vez que tienen noticias de cosas como ésta, o de atentados, pero que también cada vez salen más convencidas de que su lucha está en el buen camino; porque luchamos, no lo dudo. Personas con personalidad suficiente como para admitir la existencia de los demás sin la necesidad de dominarlos, que no quieren venganza y que están contra toda violencia venga de donde venga.- .
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