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El PSOE ofrece a Aznar un consenso en temas de Estado basado en la lealtad y el respeto mutuos

Joaquín Almunia, secretario general del PSOE, aprovechó ayer el debate en el Congreso de los Diputados sobre el reciente Consejo Europeo de Luxemburgo para ofrecer al presidente del Gobierno, José María Aznar, un consenso sobre temas de Estado basado en la "lealtad mutua, respeto mutuo y el cuidado exquisito a las reglas del juego". El jefe del Ejecutivo, en un tono de trámite y en el último momento de su réplica global a los portavoces de los grupos que habían intervenido, aceptó la oferta socialista de consenso y la calificó como un "acervo de la democracia española".

El consenso sobre los resultados positivos de la última cumbre europea de Luxemburgo y el carácter histórico de la ampliación de la Unión Europea al centro y al este del continente fue general entre los grupos parlamentarios, con la excepción de Izquierda Unida y del Bloque Nacionalista Galego, que criticaron el proceso de construcción europea.El líder de la oposición reservó para el final de su valoración de los resultados de la cumbre de Luxemburgo su interpelación al presidente del Gobierno sobre la necesidad de establecer un consenso entre los dos partidos mayoritarios en temas de Estado. Almunia señaló que su partido sabe diferenciar los asuntos que requieren consenso, "en los que hay que anteponer los intereses generales a los partidarios", y reprochó al Partido Popular no saber distinguir unos temas de otros. "Ni lo hicieron en la oposición ni lo hacen ahora desde el Gobierno. En los últimos días hemos tenido unos cuantos ejemplos para avalar lo que digo", señaló Joaquín Almunia en clara referencia a las críticas personales recibidas del portavoz del Gobierno, Miguel Ángel Rodríguez, formuladas mientras él se entrevistaba el pasado día 9 en La Moncloa con el presidente del Gobierno.

Almunia reiteró que el consenso exige voluntad común de llegar a acuerdos, exige la renuncia a la rentabilización en exclusiva de los logros y la corresponsabilidad en la asunción de los costes, y exige información e intercambio abierto y franco de opiniones, de criterios y de posibles soluciones alternativas.

El presidente del Gobierno, en su réplica, no pareció ver demasiada importancia al llamamiento de Almunia y recogiendo con la punta de los dedos la oferta salió del paso afirmando que el consenso en temas de Estado ha sido un valor consolidado en la política española y que lo seguirá siendo.

La postura de España

Aznar no ocultó, en la exposición que abrió el debate, su satisfacción por los resultados alcanzados en Luxemburgo, ya que, dijo, se había aceptado plenamente la tesis española de dar luz verde a a la ampliación sin condicionarla a que se respetasen unos parámetros financieros concretos. "Ello significa que la presidencia del Consejo Europeo ha recogido en su documentación final la postura defendida por España", añadió.El presidente del Gobierno subrayó que será en los próximos dos años cuando se lleve a cabo la negociación sobre la futura financiación de la ampliación, y reconoció que será una discusión "intensa y difícil". Aznar ya adelantó que los actuales techos presupuestarios de la Unión Europea no permiten financiar la incorporación de los países del centro y del este de Europa sin que se vean afectadas la política agrícola común, los fondos estructurales y de cohesión, lo que perjudicaría gravemente a España.

En este sentido reiteró que su Gobierno seguirá defendiendo "el mantenimiento de políticas europeas de cohesión social y la no discriminación de los cultivos mediterráneos en las reformas que se hagan en la política agrícola común.

El líder del PSOE había expresado el pleno apoyo de su partido a la ampliación, pero le recordó a Aznar que el Consejo de Luxemburgo había esquivado el debate sobre los temas más delicados. "Se ha dado una patada al balón, situándolo en el semestre de la presidencia alemana a partir de enero de l999". Almunia apuntaba a un secreto a voces. En su opinión, el apoyo alemán y holandés a las tesis españolas en el último Consejo de aplazar el debate sobre la financiación y separarlo del comienzo de las negociaciones de ampliación al este "tiene que ver más con los calendarios electorales de estos países que con un acuerdo de fondo con España".

El coordinador general de Izquierda Unida, Julio Anguita, discrepó con ambas, intervenciones y protagonizó la intervención más crítica. En su criterio, la cumbre ha consagrado "la Europa a cuatro velocidades" y obligará a extender "una zona de libre cambio" a países que ahora deberán situar sus economías en un "ajuste permanente". El portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, lamentó igualmente que la ampliación de la UE se haga por etapas en función de los países de que se trate. "No podemos dar la impresión de una Europa de ricos que no abre sus puertas a todos sus vecinos del este.

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